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lunes, 31 de enero de 2011

BMW 1 M 2012

No, no estoy hablando en clave. Para que se me entienda, este artículo es sobre el Bayern Motorwerk serie 1 con tratamiento deportivo, denominado “M” como todos los que la marca de Munich pone a punto para ser el tope de gama de la serie.

El nuevo subcompacto deportivo fue presentado este mes de enero en la feria automotriz de Detroit, como modelo 2012.

Si el 1 M no le parece novedad, es porque la onda nostálgica también afectó al BMW. En efecto, quién
no recuerda con cariño y entusiasmo al famoso modelo 2002 Turbo que se vendía allá por los años 70 y que aún hoy puede verse circular con gran orgullo en las calles, dando fe de su gran calidad. El 1 M recupera ese espíritu deportivo y aventurero, y personalmente me encantaría ver a uno competir en el rally mundial en un duelo contra el MINI Cooper S, hoy miembro de la misma compañía.

Volviendo al tema del nombre, vale la pena decir porqué 1 M y no M1, como el tratamiento M que se da a sus hermanos mayores M3 o M5. Esto se ha debido a que hacia fines de los 70 BMW experimentó con el único verdadero superauto que haya producido, con motor central y todo, denominado, ya lo adivinaron, M1.

Si bien hay quienes critican su diseño simple y su largo capó, sus líneas curvas, ondulantes y fluctuantes lo hacen uno de los autos más sexys que he visto últimamente. Por supuesto, no es novedad esta forma, ya revelada en la serie 1 “normal” hace un par de años, sus spoilers y sus grandes aros acentúan mucho más el aspecto en extremo dinámico y juvenil, al que ayuda mucho su pequeño tamaño.

El interior es aún más nostálgico. Si bien incluye todos los botoncitos y palancas que se deben en un auto de la década de los 2010, incluyendo una función “M” que dispara el torque a 365 libraspié por unos segundos, tiene un aspecto sobrio solamente delatado por las costuras visibles en naranja brillante, que claramente evoca el interior del 2002.

Pero lo que se ve es a penas la punta del iceberg. El verdadero valor del 1 M está debajo de la chapa. Con un motor de 3.0 litros turbocargador que produce la friolera de 335 caballos de fuerza, y que uno se pregunta cómo hacen para que encaje bajo el capó, este cohete de bolsillo alcanza los 100 kilómetros por hora en a penas 4,7 segundos. Esta tremenda aceleración, junto con la mayor maniobrabilidad y seguridad comparado con el 1 normal se tiene también mucho que agradecer a la suspensión deportiva y el marco de aluminio que reducen el peso hasta 20% respecto del segundo más potente de la serie, el 135i.

BMW anuncia que el 1 M será lanzado al mercado mundial en el verano boreal (invierno en estas latitudes) de este año, aunque muy probablemente Andar Motors, representante de la marca en Bolivia, solo lo traiga a pedido expreso del cliente.

Esteban

Ya volví

Después de una corta vacación (y ponerle dos mil kilómetros más al contador del auto) vuelvo a este blog para publicar mis notas semanales sobre autos. ¡Gracias por seguirme semana a semana!

Esteban

lunes, 10 de enero de 2011

Consejos de viaje - parte II

Durante el viaje:

Es realmente vital comprender que ningún ser humano se mantiene totalmente alerta y con los reflejos lo suficientemente rápidos por más de cuatro horas. Conducir más de ese tiempo de forma corrida es sumamente peligroso. Lo mejor en un viaje largo es contar con un relevo, haciendo turnos de hasta 4 horas cada uno. En caso de no contar con un relevo, el conductor debe detener el vehículo por unos minutos, descender del mismo y caminar un poco, tomar líquido, ir al baño, relajarse y estirar las articulaciones con ejercicios muy simples. También debe considerarse que con la edad esta limitación de tiempo al volante puede hacerse más corta, pues una persona de 55 o más años se cansa más fácilmente que una de 30.

La prudencia es por supuesto la ley capital. Ello implica conocer las limitaciones tanto del vehículo como las limitaciones legales. En la carretera no hay por qué ni a quién demostrar habilidades de piloto de Rally. No se está en una carrera ni en una demostración circense. De hecho, la mejor manera de llegar rápido a destino no es manejar rápido sino manejar de manera eficiente: mantener un ritmo constante, no revolucionar demasiado el motor, planificar con anticipación las paradas para descansar o comer algo y rebasar correctamente a los vehículos más lentos asegura un tiempo de viaje muy eficiente (entre una hora y hora y media por cada 100 kilómetros de viaje).

Durante el viaje el conductor debe monitorear constantemente el comportamiento del vehículo. Acá la experiencia puede ayudar mucho: los sentidos del oído y del olfato, e incluso el tacto, pueden alertar de un problema mecánico antes de que este se manifieste de manera visible. Por ejemplo, si los frenos calientan, emiten un olor característico mucho antes de que la bomba comience a fallar. En ese caso, lo mejor es detenerse a la orilla y esperar a que los frenos enfríen, y conducir a menor velocidad y con suma cautela hasta el próximo auxilio mecánico que se pueda encontrar. Así también la vibración del volante puede alertar de un problema de mala alineación, el cambio en el sonido del motor puede estar avisando de una mala sincronización del tiempo de arranque o el olor a vapor seco advierte de una fuga en el sistema de enfriamiento.

Los relojes del tablero deben ser también utilizados constantemente, para vigilar la velocidad, el régimen del motor, la temperatura del agua y el consumo de combustible. Esto que parece obvio es fácilmente olvidado en el camino, pues el conductor tiende a concentrarse solamente en lo que pasa fuera del vehículo. Si el conductor tiene problemas para mantener la concentración, lo mejor es que le pida a su copiloto que monitoree estos datos por él.

En cuanto al manejo propiamente dicho, lo ideal en rectas largas es mantener un régimen de motor constante de 3.000 revoluciones (2.000 en motores diesel) en la caja más alta (5ta en la mayoría de los vehículos). Al llegar a las curvas, salvo que sean lo suficientemente amplias para mantener el mismo ritmo que en la recta, lo mejor es usar una combinación de freno y caja de velocidades. Se empieza la frenada antes de llegar a la curva, pero no se debe soltar el freno hasta que la nariz del vehículo haya entrado ya a la curva, de lo contrario el carro perderá su balance y tenderá a sobrevirar o subvirar. Simultáneamente, es decir mientras se frena, se debe reducir la velocidad según sea necesario, velocidad por velocidad en orden descendente para no dañar el motor. Una vez ingresado el vehículo en la curva, se puede volver a acelerar, con suavidad, volviendo a subir las velocidades según sea necesario. Si se combina esta forma de tomar las curvas con los que coloquialmente se llama el “corte” de las curvas, es decir entrar a la curva lo más abierto posible, pasar en el centro de la curva lo más pegado a la banda de adentro posible, y salir abierto, la pérdida de velocidad será mínima. Sin embargo, esta maniobra sólo es útil en curvas con buena visibilidad y donde se tenga la certeza de que no viene un vehículo en sentido opuesto. Si hay un cerro o cualquier otro obstáculo que impida la visibilidad en la parte interna de la curva, no intente esta maniobra.

También al atacar las curvas, es bueno hacer los cambios hacia abajo con la técnica de taco-punta, pero puede llegar a ser muy difícil para el conductor común y, salvo que se tenga alguna práctica, no es recomendable pues puede llegar a distraer mucho al conductor. Es mejor tener que hacer más pronto el servicio al embrague que arriesgarse a un accidente.

En caminos empinados, frenar con caja es mandatario. Una regla muy simple ayuda en estos casos: se debe bajar la cuesta en la misma relación de velocidades que se usaría para subirla. Así, si para subir una cuesta el auto debe hacerlo en tercera, para bajar la misma cuesta el auto debe también estar en tercera. Esta regla tiene sin embargo una excepción: si al bajar la cuesta el motor revoluciona mucho, se puede subir una velocidad – no más que una.

Después del viaje:

Una vez que se llega a destino, y luego de dejar descansar el vehículo al menos una hora, es recomendable volver a hacerle una revisión completa, para verificar que no se haya sufrido daños mecánicos por el esfuerzo.

También, una vez en el destino, o por lo menos una vez se haya llegado de regreso a casa, es vital para el vehículo que se le de una limpieza a fondo. El viaje puede ocasionar que se metan en las partes mecánicas elementos agresivos como arena, sal, polvo de cal, humedad y hongos que pueden causar mucho daño.

¡Buen viaje!

lunes, 3 de enero de 2011

Consejos de viaje (parte 1)

Ahora que empieza la temporada de viaje, creo oportuno pasar algunos tips y recomendaciones que, por lo largo del tema, publicaré en dos entregas. Espero que les sea útil.

Antes del viaje:

El auto debe estar en perfectas condiciones. Este es un tema no de evitar el riesgo de quedarse varado, aunque también es un factor, sino de supervivencia. Tener los neumáticos, la suspensión o los frenos muy gastados son una de las principales causas de accidentes, frecuentemente fatales. Estos son los elementos a revisar antes del viaje:

- Frenos: Se debe recordar que en un viaje largo las pastillas tienen que aguantar todos los kilómetros de ida y todos los de vuelta, incluyendo frenadas de emergencia, curvas y bajadas. Haga verificar los frenos con su mecánico con alguna anticipación.

- Suspensión: Los amortiguadores deben poder soportar las fuerzas laterales en las curvas y la tendencia a clavar la nariz en las frenadas bruscas

- Neumáticos: Deben tener la huella muy bien marcada. Es importante recordar que los neumáticos deben cambiarse con cierta frecuencia (ver las especificaciones del fabricante). Cuando los neumáticos están gastados o secos no solamente pierden agarre, lo cual puede causar fricción en las curvas, sino sobre todo se hacen susceptibles a reventar, lo cual a altas velocidades es extremadamente peligroso

- Presión de aire: Los neumáticos deben inflarse a la presión indicada por el fabricante del vehículo (esta información se encuentra en el marco de la puerta del conductor y en el manual del propietario). Para los que viajan de la sierra a la costa o viceversa deben tomar en cuenta que la presión atmosférica influye en la presión de aire del neumático. Unas gomas bien infladas en la costa tenderán a estar sobreinflados a más de 2.500 metros, e inversamente unas gomas bien infladas en la sierra tenderán a perder presión al descender al nivel del mar. Siempre es buena idea en estos casos llevar consigo un manómetro portátil y hacer revisar la presión en una gomería una vez que se ha llegado a la altitud de destino. ¡No olvidar verificar la presión del la llanta de auxilio!

- Alineación y balanceo: La alineación y balanceo de las llantas debe hacerse una vez al año como mínimo. Si han transcurrido más de diez meses desde el último servicio, es recomendable hacerlo antes del viaje.

- Luces: Todos los conjuntos de luces deben funcionar a perfección. Reemplazar un foco es muy barato y sencillo y puede salvar vidas. A veces es más que un foco lo que falla, y se debe sustituir un fusible. Esto tampoco implica complicación alguna y puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

- Aceite: Aún cuando no se haya alcanzado la acumulación de kilómetros entre cambios de aceite indicada por el servicio mecánico, es siempre buena idea realizar el cambio de lubricante antes de un viaje largo, salvo que el último cambio haya sido muy reciente, no se haya recorrido mucho y no se haya conducido en condiciones extremas (barro, arena, polvo) desde entonces.

- Refrigeración: Si bien los autos modernos no necesitan cambios muy frecuentes del líquido del radiador, es aconsejable llevar una reserva de este líquido ya preparado. Asimismo, hay que asegurarse que en el último mantenimiento del vehículo se haya verificado que no existan fugas en el sistema de refrigeración.

- Dirección: Antes de emprender viaje, hay que verificar que la dirección se encuentre firme y responda con precisión a los imputs del conductor. Si hay juego del volante es mejor no viajar en ese vehículo hasta que se hagan las reparaciones necesarias.

Así como el auto debe estar en óptimas condiciones, también debe estarlo el conductor. Los viajes largos se hacen insoportables y peligrosos si el conductor sufre alguna enfermedad que provoque cansancio, dolor o molestia permanente, o si está bajo medicación. Incluso una simple gripe puede tornar muy peligroso el viaje si el conductor siente agotamiento, tiene catarro persistente o somnolencia, y tomar un antigripal solo empeora las cosas pues si bien alivia los síntomas también provoca sueño. Por supuesto, ¡cero alcohol y drogas al menos 8 horas antes del viaje!

También es importante estar bien equipado: botiquín completo (muy importante: hay que chequear la fecha de vencimiento de los medicamentos), dos triángulos, no porque lo diga la norma sino porque simplemente uno no basta en caso de quedar varado, alicate, llaves 11, 12 y 13, gato y llave cruz, rueda de auxilio del mismo tamaño de las otras cuatro, y reserva de líquido refrigerante, líquido de frenos y aceite.

Una hora a media hora antes de emprender viaje se deben revisar todos los niveles de líquidos vitales del vehículo, y en su caso agregar lo que haga falta.

Infórmese sobre las condiciones del camino:

Si conoce o ha hecho antes la ruta que desea emprender, bastará con preguntar a las autoridades responsables si ha existido algún evento. Frecuentemente, bastará con consultar a las personas encargadas del cobro de peajes en el camino. En muchos países, las autoridades que tienen competencia sobre el mantenimiento o administración de las carreteras tienen sistemas de información en tiempo real o con frecuente actualización que puede dar esta información. Otra buena idea es llamar a la terminal de buses para pedir esta información.

Si es la primera vez que se recorre una carretera determinada, o han pasado más de tres años desde la última vez que la utilizó, es recomendable investigar más a fondo. Conseguir mapas viales es lo básico, y debe complementarse con realizar preguntas a personas que hacen el camino con alguna regularidad. Felizmente, hoy existen foros en Internet donde se discuten estos temas, que pueden resultar muy útiles. También en Internet se puede encontrar información sobre las condiciones climáticas tanto en el camino como en el destino, lo cual influye muchísimo sobre las condiciones del viaje.

Un truco que me enseñó mi esposa, mucho menos tímida que yo, en preguntar en los lugares de parada (pasos fronterizos, controles policiales, o incluso restaurantes camineros) a los chóferes profesionales, especialmente camioneros, en qué condiciones está el camino. Su enorme experiencia puede ayudar muchísimo, y no hay de qué intimidarse, siempre que uno se mantenga amable, correcto y educado.

Esteban

Chitika