La edición 2013 del rally
Dakar ha culminado este fin de semana en la capital chilena, tras 14 etapas que
empezaron en Lima, pasaron por los desiertos peruanos, cruzaron los Andes (dos
veces), visitaron el norte argentino y acabaron en los desiertos chilenos. No
hay duda alguna de la espectacularidad del evento, que ha dejado gratos
recuerdos y hermosas fotos, a pesar del sabor amargo que dejó el sacrificio del
motociclista francés
No ha habido sin embargo
grandes sorpresas en el resultado final. En autos, el francés Stéphane
Peterhansel dominó holgadamente durante las dos semanas, y logró su undécimo
título de Dakar, un récord absoluto. En motos tal vez hubo un poco más de
pelea, y aunque ganó el que debía ganar, el también francés Cirylle Desprès, el
chileno “Caleco” López logró un muy bien merecido tercer lugar, siendo éste el
mejor lugar logrado por un latinoamericano en esta categoría en toda la
historia del Dakar.
En camiones el Hat Trick
del equipo Kamaz y sus pilotos rusos tampoco fue tan sorprendente, aunque el
holandés De Rooy dio pelea casi hasta el final. En cuadratracks el dominio de Patronelli
fue cantado desde antes del inicio de la carrera.
En cuanto a las
escuderías, nada nuevo bajo el sol, tampoco. MINI dominó por completo en autos,
los buggys de Al-Attyah y compañía se mostraron muy poco confiables, y Toyota
hizo un muy buen papel. En motos KTM es ama y señora de la prueba, en
cuadratracks nadie desafía seriamente a Yamaha (aunque la presencia de Polaris
fue muy importante, sobre todo con los UTB), y en camiones nadie puede contra
Kamaz, a pesar de los esfuerzos de Iveco.
Acercándonos más a casa,
tres de los seis pilotos bolivianos lograron terminar la prueba, lo cual ya de
entrada son buenas noticias. En motos el “Chavo” Salvatierra hizo un dignísimo
papel, quedando entre los 30 primeros de más de 180 participantes y superando
su propia marca. Marco Bulacia acabó en un digno puesto, más o menos al medio
del pelotón, y también más o menos al medio de la subcategoría de súper
producción, pero la diferencia con el líder fue abismal. En cuadratracks, el
novato Martínez sufrió mucho, perdió concentración por el grave accidente de su
padre, fue penalizado con más de 11 horas y se rezagó más de 48 horas en la
general, pero terminó la carrera, lo cual en sí ya es toda una hazaña para
alguien que corre por primera vez un Dakar.
Estos los resultados más
relevantes:
POS. N° NOMBRE MARCA
TIEMPO DIFFERENCIA PENALIZACIÓN
En 1957, es decir, dos
años antes de que el legendario Alec Issigonis creara el célebre Mini, en
Italia se lanzaba uno de los más bonitos, prácticos e icónicos autos urbanos de
la era, el Fiat 500, producido por 18 años casi sin modificaciones. Con apenas
3 metros de largo, un motor de 479 cc enfriado por aire y montado en la parte
trasera al estilo Volkswagen y a penas 13 (¡sí, trece!) caballos de fuerza, el
auto rápidamente se convirtió en la elección obvia para una creciente clase
media italiana durante la era de los “treinta años gloriosos”.
Pero su mérito más allá
del ícono cultural era aún más grande. La versión deportiva desarrollada por
Abarth creó una categoría propia en el mundo del automovilismo, categoría por
cierto que sigue existiendo en Argentina más de cincuenta años después. También
hubo una legendaria travesía en 1958 entre Lieja y Brescia en la que el 500
ocupó los puestos 1, 2, 4, 6, 7, 9 y 13 de los 29 autos que participaron en la
carrera. De esos 29, solo 13 acabaron la carrera, pero de los siete 500
inscritos todos terminaron, dando fe de la extraordinaria confiabilidad del
pequeñín. También en 2005, un 500 enlazó Bari con Beijing, y en 2007,
celebrando los 50 años del modelo, los esposos Lang y Bev Kidby, australianos
ellos, dieron la vuela al mundo manejando (claro, excepto para cruzar los océanos)
un 500 por 32.000 kilómetros.
Y, justamente a propósito
del cincuentenario del autito urbano, el mismo 2007 Fiat lanzó, siguiendo la
moda de la época pero con enorme criterio comercial, cosa que no ha ocurrido en
todo los casos, un nuevo diseño, retro pero moderno, del 500. Como su más directo
competidor, el MINI Cooper moderno, el 500 fue un éxito inmediato en Europa.
Pero el éxito mundial vendría un par de añitos después, cuando en 2008-2009
estalló la crisis financiera en Estados Unidos, Fiat aprovechó, con el estilo
agresivo que caracteriza a la familia Agnelli, para adquirir un paquete de
acciones de la Chrysler que les dio control sobre la tercera firma
automovilística más grande de Estados Unidos. Ello abrió las puertas para el
retorno de Fiat a ese mercado después de varios años de ausencia, y los Agnelli
necesitaban introducir un modelo que no compitiera contra las recién adquiridas
marcas Chrysler, Dodge y Jeep. El nuevo 500 era perfecto para hacerlo, y mucho
más cuando obtuvo un respaldo publicitario muy fuerte de nada más y nada menos
que doña Jennifer López.
Cuatro años después, nada
menos, el simpático chiquitín italiano hace acto de presencia en Bolivia,
aunque limitado al mercado cruceño, cubierto por Carrera Motors (en La Paz Fiat
está representada por Csapek). Carrera ofrece solo dos variantes del 500, el
Cult y el Cabrio. Tanto adentro como afuera ambos tienen un inconfundible
estilo italiano. El 500 da la bienvenida a su conductor con una cabina alegre, amplia,
colorida y funcional, con paneles metálicos del color de la carrocería. Los
instrumentos se ubican en un sistema concéntrico que nunca vi antes: el
velocímetro se ubica en el círculo exterior y el tacómetro en el interno.
Aunque divertido y original, la verdad no es fácil la lectura de los
instrumentos con esta disposición.
Una vez acomodado uno en
el asiento del conductor, el 500 no parece tan chico como es. Los asientos
delanteros son más que suficientemente espaciosos, la visibilidad es
extraordinaria y ayudan mucho los espejos bifocales que eliminan los puntos
ciegos – una cuestión de vida o muerte en un auto tan pequeño. Los asientos
traseros son minúsculos, y las personas más altas deberán no sólo recoger sus
rodillas sino incluso agachar un poco la cabeza. En cambio, al doblar los
asientos traseros se puede obtener casi 550 litros de espacio de almacenaje,
impresionante para semejante pequeñín.
Pero la enorme
italianidad del auto no se acaba ahí. Aunque su motor es tan minúsculo como su
cuerpo, el 500 se siente rápido y muy divertido de manejar. La suspensión es
firme pero no incómoda, el motor se siente sólido y competente, y el
aislamiento es adecuado. Si bien 85 HP no es mucho, la relación peso potencia
es de muy decentes 12,7 kilogramos por caballo, y el torque es de 121,6 N·m
(Casi 90 lb-ft). Carrera Motors anuncia en su folleto que traerá la versión
Sport, equipada con un motor Multi-Air de 105 HP y 133,4 N·m de torque, con una
relación peso potencia de 10,7 kilogramos por caballo, lo cual nos da la
esperanza de que el 500 pueda llegar eventualmente a las empinadas calles de La
Paz.
Por supuesto, con un
motor de este tipo vienen dos grandes alegrías. La primera, es que el 1,4
litros revoluciona como condenado, con lo cual los cuatro cilindros en línea
chillan, hierven y se sacuden junto antes de hacer el cambio al límite de la
línea roja del tacómetro, cuando uno realmente lo empuja. Y la segunda, es que
su rendimiento es casi de auto híbrido, con consumos de 12,7 km/l en ciudad y 16,1
km/l en carretera.
La pregunta ahora es si
el 500 será aceptado en el mercado boliviano. Nuestra apuesta es que sí, dado
que cuesta mucho menos que un MINI, pero deberá contender con algunos
pequeñines japoneses muy competitivos tales como el Hyundai i10 o el Suzuki
Celerio, capaces y baratos, pero ni la mitad de bonitos e icónicos que el
italiano. Y no salen en los videos de J-Lo.
En Ford están pasando cosas importantes. El Kinetic Design ha alcanzado a todos sus vehículos de pasajeros, a excepción quizás del Flex. Pero lo más importante, ha llegado a su subsidiaria brasileña, ¡y con qué estilo! La vagoneta compacta EcoSport era, por varios años, si simpática, demasiado cúbica y simple. El pequeño VDU se veía y se sentía barato, desprovisto de potencia y demasiado conservador. No se malentienda, el carro era atractivo precisamente por su simpleza, lo cual permitió que alcance cifras de ventas muy interesantes en la región sudamericana.
Pero el rediseño realizado el año recién pasado ha sido, qué duda cabe, un salto cualitativo mayúsculo. Ford Brasil se atrevió a abandonar por completo las líneas exteriores del modelo original, realizadas por un dibujante que al parecer sólo tenía una regla y una escuadra para hacer su trabajo, y sustituirlas por las líneas fluidas, dinámicas y modernas
que caracterizan la tendencia Kinetic Design de otros modelos como el Fiesta en el que se basa este pequeño todo terreno. Y el resultado no decepciona. El EcoSport se ve muy bien, pero sobre todo parece más caro de lo que es, exactamente a la inversa de su antecesor, sin por ello dejar de ser un vehículo sin complicaciones innecesarias.
Esa mejora sustancial también se ha reflejado al interior, qué duda cabe, a pesar de que no han mejorado sustancialmente los materiales utilizados, esto para mantener bajo el precio del auto (entre $US 23.900 y $US 26.500), pero su acabado y su encaje resulta mucho mejor cuidado que en el antecesor, y no ocurrirá
demasiado pronto que las piezas empiecen a sacudirse y sonar. Algo similar ocurre debajo del capó, donde el motor 1.6 litros del modelo de entrada salta de 98 a 110 caballos de fuerza, manteniéndose el tope de gama 2.0 de 143 HP pero este último acoplado a una moderna caja manual de seis velocidades y doble tracción. Ninguno de los motores se siente débil ni requiere esfuerzos incómodos para moverse, aunque como cualquier cuatro en línea de bajo desplazamiento es necesario empujar fuerte el acelerador para lograr un manejo más divertido. Aún en esos límites, sin embargo, el ruido del motor no se siente demasiado en la cabina, lo cual es sorprendente y muy encomiable en esta categoría y, sobre todo, también es un enorme salto respecto al
antecesor, ruidoso a altas revoluciones al punto que los acompañantes debían gritar para ser escuchados.
Pocos autos en los últimos años han logrado semejante salto cualitativo, mucho menos manteniendo un rango de precios similar al del antecesor. Por eso, y por haber obtenido 2/3 de los votos, el Ford EcoSport 2013 es nuestro Auto Favorito del Año, con lo cual damos el punta pie inicial a esta serie de 50 artículos que publicaremos semanalmente en Esteban On Cars este 2013. ¡Feliz año a todos!