Audi TTS 2010
En cuanto al diseño exterior, el Audi es más ancho y más alto que sus competidores, y tiene una línea menos exagerada respecto a la posición de la cabina, entrando muy con las justas a la categoría Roadster, pero con una línea musculosa y agresiva aún así. Sus aros 18 le dan un porte y una presencia que atrae miradas a donde va, y aún así tiene un espacio en el maletero con el techo abajo notablemente mayor al de sus competidores (249 litros versus 181 y 184 litros del Bimmer y del Merc respectivamente).
Quizás la característica exterior que lo pone en desventaja respecto a los otros dos es su techo de lona, siendo que ambos el BMW y el Mercedes tienen techos duros de aluminio. No obstante, esta capota está muy bien lograda, y de hecho juega un rol importante en el antes referido espacio de carga. Y elemento muy importante, el Audi se ve bien con el techo arriba o abajo, cosa que como veremos más adelante no es tan evidente en su competencia.
El interior, aunque obviamente reducido por las características del tipo, no escatima en lujos y amenidades, y tiene como característica más atractiva los asientos de cuero del alcantara cosidos a mano.
Bajo el capó se halla un motor 4 en línea de 2.0 litros turbo de sorprendentes prestaciones: 265 hp y 258 libras-pié de torque disponibles ya desde los 3.500 rpm, que impulsan sus 1540 kilos de 0 a 100 kilómetros por hora en muy respetables 5,8 segundos.
Aunque es el más lento de los tres comparados, el handicap se compensa ampliamente por su menor consumo mixto (10,6 kilómetros por litro), por su enorme grip lateral logrado por la combinación de su tracción quattro permanente y una suspensión deportiva que utiliza amortiguadores magnéticos rellenos de líquido hidráulico, a diferencia de los más conservadores BMW y Mercedes que tienen ambos tracción trasera y amortiguadores McPherson tradicionales.
BMW Z4 2010
Los bávaros han construido ya una tradición de fabulosos Roadster que de manera consistente han sido éxitos de venta. El Z4, cuyo primer diseño no era precisamente de los más atractivos, casi se convirtió en una excepción, hasta que el año pasado decidieron revisar completamente su estilo logrando un hit inmediato. Sus líneas son 100% roadster y no es difícil imaginar a su conductor con camisa Polo, una chompa (jersey, pulóver) Tommy Hillfiger amarrada al cuello y una cabellera salida de una publicidad para shampoo. Si cabes en esta descripción, no dudarás en firmar el cheque por los $US 66.300 que cuesta.
Sus líneas son muy agresivas, casi exageradas, pero gustan, siempre que el techo esté bien guardadito en la maletera. Con el techo puesto, la línea casi se destruye por una especie de burbuja que a penas cubre al conductor y su acompañante, pasando de ser el auto de Hugh Grant al auto de los Jetsons. Como los roadster suelen ser el tercer o cuarto auto de sus dueños, esto no parece importar mucho: total, si llueve, sacas el Jaguar.
El interior es sorprendentemente llamativo para un BMW. La sobriedad parece haberse retirado, pues los chiches y lujos son abundantes y no se quedan en el sistema iDrive. Igual de sorprendente es que ya no se necesita un masterado en programación informática para manejar este sistema, tan engorroso en modelos anteriores: el iDrive se ha vuelto mucho más intuitivo y lógico.
Bajo el capó descansa una pequeña maravilla mecánica: el largo 6 en línea twin-turbo que hizo famoso a BMW. El número mágico acá es el tres: 3,0 litros de desplazamiento, que producen 300 hp de potencia y 300 libras-pié de torque, enviados en avalancha al eje trasero, como garantía de dejar una marca de goma quemada en el pavimento cada vez que arranque. No hay duda, por ello, que el BMW es el más divertido, aunque quizás un poco complicado, de manejar. Con una aceleración de 0 a 100 kph en sólo 5,7 segundos, una caja secuencial de 7 velocidades (opcional, por desgracia), su cuerpo largo y esbelto y una posición del conductor que permite sentir cada curva en las posaderas, esto no sorprende.
Mercedes-Benz SLK 2010
Lo primero que llama la atención de este auto de $US 68.500, a parte de su precio, es la punta directamente sacada del hoy descontinuado SLR McLaren, que a su vez se inspiró en la Fórmula Uno. El aspecto de ave de presa que le da ese pico se complementa perfectamente con una línea que vista desde cierto ángulo da la impresión de que el Merc está abriendo unas enormes alas. No hay duda que el SLK ha tenido una larga tradición de ser uno de los autos más sexys del mundo.
El interior, sin embargo, es inconfundiblemente teutón, o lo que es lo mismo, muy aburrido. Igual que el Ford modelo T de 1920, el tablero se puede pedir en cualquier color siempre que éste sea negro. No obstante, no deja de ser lujoso, envolvente y muy cómodo, a pesar de sus escasos 2431 mm de distancia entre ejes.
Aunque viene con una selección de tres motores, para efectos de comparación tomamos aquí el SLK 350, con motor V6 de 3.5 litros que produce 300 caballos de fuerza igual que el BMW, y un torque de 265 libras-pie que se transmiten a las ruedas traseras a través de la famosa caja secuencial de 7 velocidades de Mercedes, gracias al cual su consumo mixto es similar al del BMW (9,3 kpl versus 9,5 del Bimmer) a pesar de la configuración. También ayuda acá la mejor relación peso-potencia de los tres comparados, cargado 5,02 kilos por caballo de fuerza, que le permite una aceleración de 0 a 100 kph en a penas 5 segundos
En conclusión
Cada uno tiene sus ventajas sobre los otros dos, con lo cual se dificulta la elección. Dado que la diferencia de precio entre el más barato y el más caro es de a penas 6,2%, lo cual puede variar según las opciones que agregue el comprador, este no es un punto de referencia.
El Audi es más ágil. El BMW más divertido. El Mercedes-Benz es el más rápido. En términos de experiencia de manejo, la elección es muy subjetiva. Personalmente, me quedo con la agilidad.
Los tres tienen un nivel aún superior de cada uno de estos modelos: el Audi TT RS, el BMW Z4 M, y el Mercedes-Benz AMG 55SLK. Toda una sopa de letras. Esto significa que estos no son su opción más equipada, o lo que es lo mismo, todavía se puede mejorar.
Donde las cosas comienzan a diferenciarse es en el puro diseño. El BMW está simplemente demasiado dirigido a un comprador muy específico. Inversamente, el Audi parece apelar a una gran variedad de posibles compradores. El Mercedes queda más o menos en medio, aunque su larga trayectoria le permite ampliar su mercado pues es más conocido que el TTS.
Quedando eliminado por tanto el BMW, la comparación que resta está en el interior. Aunque muy personalizables ambos, el Mercedes peca de excesiva sobriedad. Después de todo, si uno se compra un Roadster, es primero y antes que todo por el factor diversión, y el interior del SLK no parece reflejar esta idea. Una vez más en esta página, la subsidiaria de Volkswagen se lleva la victoria. Y eso que al empezar el artículo me dije a mí mismo que debía ganar uno de los otros dos, para no dar la impresión de haber perdido objetividad.
Esteban
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