No todos
los días una marca tan famosa, influyente y exótica como Lamborghini cumple 50
años. Y la marca de Sant’Agata Bolognese celebra sus Bodas de Oro a lo grande,
con el auto más malvado, poderoso y absolutamente decadente que haya fabricado
jamás. ¿Recuerda el Reventón? Un niñito de coro al lado de esta bestia.
Siguiendo
la antigua tradición de ponerle nombres de toros famosos a sus autos – debido al
entusiasmo de Ferruchio Lamborghini por la tauromanquia – el más malvado de los
Lambo fue bautizado con el nombre del más malo de los toros, famoso por haber
liquidado a un matador en 1914. El überauto hará su debut esta semana en
Ginebra, junto con otros juguetes para multimillonarios como el McLaren P1 y el
Ferrari F-150 Enzo.
La historia
de autos radicales creados en Sant’Agata no es nueva. ¿Qué fanático del diseño
automotor no recuerda los hermosos Miura, los extraños Urraco, o los íconos
ochenteros Countach? Pero aunque el diseño radical, absolutamente no
convencional y realmente único sean tradición en Lamborghini, este Batimóvil
simplemente no podría haber sido imaginado ni siquiera por el propio Bruno
Díaz. Y como el Batimóvil, así como para los toros que inspiran los nombres de
los modelos, la estética no tiene nada que ver con la delicadeza, la elegancia
o la sutilidad: El Veneno es hermoso como una bestia, respira fuego, tiene
enormes dientes afilados y muerde al que se acerque. Es decir, el poster obligatorio en la habitación de cualquier adolescente
inseguro.
El Veneno probablemente montará el V12 de 6,5 litros que
produce 750 HP, 50 más que el Aventador sobre el cual se basa, mientras que una
transmisión semiautomática de siete velocidades transferirá esa potencia a las
enormes llantas hasta la velocidad tope reportada de 352 kilómetros por hora. Y
aunque Lamborghini no ha publicado cifras oficiales aún, apostamos a que
logrará acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en menos de tres segundos.
La fabulosa apariencia del monstruo se debe a un uso
extensivo de fibra de carbón en los paneles de la carrocería y del chasis. Y la
potencia que ratifica la perversa forma se debe a modificaciones igual de
extensivas en la alimentación de aire, la termodinámica y el múltiple de escape.
El perfil lateral mantiene las grandes tomas de aire características de los
últimos cuatro modelos del Lamborghini, situadas por detrás de las puertas en
tijera igualmente emblemáticas. Las llantas son de aro 20’’ adelante y 21’’
atrás y usan también fibra de carbón en su manufactura, estando los aros
diseñados para actuar como turbinas para enfriar los frenos cerámicos. Atrás,
una aleta dorsal de tiburón se alarga sobre la cubierta del motor e
intercepta la
enorme cola de pato de fibra de carbón. Como si eso fuera lo suficientemente excéntrico,
los conjuntos de luces traseras y el difusor utilizan cantidades de formas
triangulares, logrando un efecto ultra futurista, oscuro y agresivo que nos
encanta.
Al ver el Veneno, uno no puede dejar de preguntarse: después
de esta obra maestra, ¿cuál puede ser el futuro de Lamborghini? ¿Será
remotamente posible superar al Veneno sin llegar a lo ridículo o a lo kitsch?
Sólo el tiempo lo dirá.
Esteban
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