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martes, 27 de julio de 2010

McLaren vs. Mercedes-Benz: un doloroso divorcio

McLaren, como Ferrari, es esencialmente una escudería deportiva, que vende algunos autos al público para financiar el desarrollo de sus coches de carreras. Mercedes-Benz, como tantas otras, desarrolla sus autos comerciales poniendo a prueba primero sus nuevas tecnologías en la pista.
Por ello, el matrimonio McLaren-Mercedes entre 2001 y 2009 tenía mucho sentido. Mercedes cortaba costos en desarrollo aliándose con una de las empresas más avanzadas, y McLaren resolvía de un tirón sus problemas logísticos y de redes comerciales. Juntos no solamente consolidaron el equipo McLaren-Mercedes en los campeonatos de Fórmula 1, con excelentes resultados, sino desarrollaron el tremendo McLaren-Mercedes SLR, pequeño juguetito para millonarios de 500.000 dólares.
El SLR, sin embargo, no resultó ser tan exitoso como lo esperaban sus "padres". Quizás era demasiado exótico, posiblemente el diseño envejeció demasiado rápido, o simplemente era demasiado costoso, incluso para los millonetas europeos, peor con la crisis desatada el 2008. Y ese derrumbe en ventas provocó, como pasa a veces en las familias humanas, el divorcio de los padres.
McLaren continuó la alianza con la compañía de servicios Vodafone y sigue siendo comprador del motor Mercedes para su equipo de fórmula 1, pero Mercedes-Benz se hizo su propia escudería y revivió las “Flechas de Plata” (ver entrada correspondiente), aunque bastante menos exitosa.
En el mercado, la delantera la tomó Mercedes, anunciando a fines del 2008 y lanzando al mercado a fines del 2009 su ya famosa reedición del “Alas de Gaviota” 300 SL, llamado oficialmente SLS AMG, uno de los superautos con diseño más logrado que se hayan lanzado al mercado en los últimos 40 años, con prestaciones sorprendentes (563 hp, 480 lb-ft, 0 a 100 en 3,8 segundos), por un precio mucho menor al del SLR (300 mil dólares) y con una estrategia de marketing muy agresiva, no tanto para incrementar las ventas del superauto, sino para demostrar de lo que la marca de Stuttgart es capaz.
Sin embargo, McLaren no ha esperado mucho para dar su respuesta. Hace pocos días, fue lanzado el nuevo McLaren MP4-12C, sucesor del increíble F1 de los años 90. Si bien su diseño no es espectacular, pues es mucho más convencional en sus formas y sobre todo en la ubicación del conductor que el F1, tiene lo que se necesita para mantenerse en el mercado de los superautos (608 hp, 443 lb-ft, 0 a 100 en 3,5 segundos) y por tanto se constituye en directo competidor del SLS, y por supuesto de su otro gran rival en las pistas, Ferrari.
Sin embargo uno se pregunta, para ambos casos, ¿es oportuno en este momento de crisis prolongada –peor ahora en Europa – lanzar autos de alta gama? Aunque muchos se sentirán insultados por los precios de estas maravillas mecánicas, aparentemente sí, siempre y cuando se dirijan las ventas a Estados Unidos, que se está recuperando ya de la crisis pero sobre todo que se vuelve un mercado interesante ante la caída del Euro frente al Dólar, y a los mercados emergentes de Asia, que es donde está la plata hoy en día – no tengo dudas que se lograrán vender una que otra de estas joyitas en Malasia, por ejemplo.
Esteban

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