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lunes, 25 de abril de 2011

La nueva estrategia de Renault

Debo admitir que nunca me gustaron mucho los Renault, en particular su diseño, demasiado frecuentemente malogrado especialmente en el cuarto trasero. Ni siquiera da para hablar del “carácter francés”, que se refleja muy claramente en los Citroën y Peugeot, haciéndolos autos únicos y aún así atractivos (Siempre tengo en mente el DS de los 60, posiblemente uno de los diseños a la vez más extraños y más bellos de la historia automotor). Quizás por eso, entre otras razones más terrenas como la reducción de costos de desarrollo y atacar específicamente al mercado latinoamericano, ya no veremos más en las distribuidores ni al Clio ni al Mégane. Y eso que, aunque el diseño no era muy sexy, eran autos ciertamente muy capaces y con mucha tecnología.

En efecto, de un tiempo a esta parte son cuatro los modelos de Renault que se ofrecen en el mercado local: el Symbol, el Logan y el Sandero, más el crossover Koleos, todos modelos desarrollados en las oficinas de Renault en Rumania, Brasil y Corea.

Con esta estrategia, Renault se mueve a atender mejor al mercado europeo, tornándose una marca demasiado cara para Latinoamérica, y en sus mercados de exportación se concentra más en un segmento de entrada, con precios bajos pero también consecuentemente modelos más simples y con acabados y complementos de menor calidad.

No es esta la única marca que ha abierto la posibilidad de desarrollar modelos específicos para los mercados emergentes, Ford y Volkwagen lo están haciendo hace años. Sin embargo, es la única marca hasta donde sé que ha cesado absolutamente toda importación en estas latitudes de los modelos construidos en su país de origen, pues las otras ofrecen normalmente un mix de modelos específicos y algunos, generalmente los más costosos, desarrollados en casa.

Ahora bien, es cierto que nadie va a escribir largos elogios de ninguno de estos modelos, por su modestia y bajo costo, y recuerdo muy bien la larga serie de bromas del programa británico Top Gear sobre la versión rumana de estos autos (que llevan la marca Dacia, no Renault). No creo que ningún adolescente cuelgue posters del Logan en su habitación, ni imagino eventos deportivos en los que participen. Pero hay que admitirlo, para el mercado al que apuntan resultan una alternativa muy interesante, y ciertamente aún con el aspecto barato del interior y su nada extraordinario look exterior, se ven mejor que la aberración visual que era, por ejemplo, el Clio sedán. Hay que considerar finalmente que su competencia directa (VW, Ford, Chevrolet y FIAT) ha estado en el mercado latinoamericano por mucho más tiempo, así que no va a ser una batalla fácil, y eso me lleva a pensar que debería existir una clara tendencia a la mejora el los próximos años.

Esteban

lunes, 18 de abril de 2011

Primicia: Volkswagen new New Beetle

En Shanghai, coincidente con varios otros eventos relacionados con el mundo motor, entre otros el Gran Premio de Shanghai 2011 que fue la carrera más emocionante en años, se presentó este fin de semana la nueva generación del New Beetle, ese Golf disfrazado de profunda nostalgia por la legendaria Peta, Vocho, Escarabajo, Fusca o lo que se le llame en su respectivo país.
El nuevo Nuevo Escarabajo, le llamaremos NB2 para acortar el confuso y largo nombre, tiene un diseño que, por decir lo menos, hace levantar una ceja al observador. Varios recuerdos fluyen a la mente, tratando de relacionar este nuevo vehículo con lo ya conocido. Y el resultado de la asociación libre de ideas parece una receta de cocina: dos cucharadas del antiguo sedán de VW, una taza del
New Beetle, una cucharada de Porsche 911 de los años 70, una buena dosis de Beetle modificado o tuneado por esos expertos en convertirlos en Hot Rods que abundaron por Latinoamérica en los 80, una pizca de onda retro à la Chrysler PT Cruiser, sazone con una grilla baja tipo Scirocco y unos faros sonrientes… No puedo dejar de pensar además que una versión Cabriolet se vería mucho mejor. Definitivamente, el NB2 es una mezcla quizás demasiado fuerte de diferentes sensaciones.

El interior es todo menos el que corresponde a un Escarabajo. Para ser alemán, sinceramente lo veo muy americano. Nada que ver con el interior frugal in extremis de la generación original, ni con el interior bien equipado pero a la vez sencillo y divertido, si bien tal vez muy femenino, del New Beetle. Y la explicación
probablemente viene de esta última afirmación. La mezcla de la pinta Hot Rod exterior y el interior extraído de un Camaro o un Charger están probablemente dirigidos a hacer del NB2 un auto atractivo al público masculino. Y esto va, aparentemente, de la mano de lo que ya tenía el New Beetle, pero ahora mejorado y puesto en todo su potencial.
Me explico. Debajo de la piel retro, vive un Golf 2.0 escondido. Si para la primera generación esto parecía una herejía (¿un Escarabajo con motor I4 frontal y enfriado por agua?), ahora eso parece tener sentido: 220 caballos de fuerza, y una velocidad tope de 230 kph. Con esa forma, comienza a tomar otra forma, nunca antes admitida oficialmente por Volkswagen (ni siquiera con las películas de Disney sobre un tal Herbie), el uso y destino del Escarabajo, de ser un automóvil simple y divertido dirigido al segmento de entrada al mercado, a ser un vehículo deportivo, individualista y agresivo, es decir, todo lo contrario del concepto que
se generó sobre él a fines de los sesenta. ¿Calará este nuevo concepto? Sin ánimo de ser prejuicioso y generar clichés, creo que solo será atractivo para ciertos grupos de jóvenes, mayormente latinos, que buscan volver un auto relativamente económico (digo bien relativamente, en Bolivia los Volkswagen dejaron de ser económicos en 1992) en un monstruos comeasfalto, solo para demostrar sus habilidades. Ojalá algún día Volkwagen se acuerde lo que significa su marca.

Esteban

martes, 12 de abril de 2011

Mitsubishi RVR/ASX/Outlander Sport 2011

Érase una vez el Mitsubishi RVR, uno de los primeros Multiuso Compacto (compact MPV) que hayan salido al mercado, esencialmente al mercado doméstico japonés. Este pequeño furgón familiar tuvo un éxito inesperado en el mercado gris boliviano hace algunos años, debiso esencialmente a su frugalidad y gran versatilidad. Si bien solo se exportó a Australia y el sureste asiático, hubo una versión americana llamada Dodge Colt Vista. Para el año 2002, el boom del pequeño MPV había terminado.

Si los importadores oficiales de la época no tuvieron la visión de traerlo a Sudamérica y se dejaron ganar por el mercado gris, en 2011 ya los agarran desprevenidos, ya que han traído la nueva versión del RVR, llamado ASX (Active Sports Crossover) en Latinoamérica y Europa, y Outlander Sport es Estados Unidos, y parece que les fue bien en las cifras de ventas.


Sin embargo, aunque en Japón lleva el mismo nombre, creo que hay diferencias importantes entre el RVR de los años 90 y el RVR/ASX del 2011, empezando por la ausencia de puertas corredizas para acceder a los asientos traseros. Mitsubishi pasó, no sin esperar ocho años, de la furgoneta compacta al crossover compacto, dos estilos de carrocería que, aunque apuntan a segmentos similares del mercado, esencialmente familias jóvenes y muy activas, emiten mensajes algo diferentes. Sí tienen en común, sin embargo, usar la plataforma del Lancer como base para su arquitectura.

Mitsubishi ha estado utilizando recientemente un solo lenguaje uniforme de diseño en toda su flota. Si bien la fórmula en sí no es mala, vean sino lo que pasa por Audi, por ejemplo, el problema es que ese lenguaje
uniforme es, por decirlo de manera amable, poco atractivo. En ese marco, creo que el ASX es de lo menos feo que sacó Mitsubishi, aunque todavía está lejos del elegante Lancer Evo X que es nomás lo mejorcito que hizo la marca en los últimos cinco años. Hasta podría decir que es visualmente aceptable, por lo menos no llama la atención demasiado.
El interior es bastante agradable, en cambio. Los acabados tratan de no abusar de los materiales baratos, sin por ello hacer elevar demasiado el precio final del vehículo, logrando un buen equilibrio en ese sentido. El equipamiento es, como suele suceder con los autos japoneneses, bastante completo a pesar del segmento, con varios extras interesantes aunque ya vistos antes en otros modelos. No es pues un interior revolucionario, pero tampoco nadie le ha pedido que lo sea, para eso están los modelos tope de gama. A esto hay que agregar que dado el segmento al que apunta, el uso de tapices de tela lavable y pisos de goma (opcionales) tiene mucho sentido.

Bajo el capó hallamos un adecuado motor MIVEC de 1,8 litros de desplazamiento, acoplado a una transmisión de variabilidad continua o CVT, que produce muy decentes 140 caballos de fuerza, más que suficientes para desplazar eficientemente la carrocería de 1,3 toneladas, lo cual da una relación peso potencia ligeramente por encima de 9 kilos por caballo.

Es cierto que el ASX no ganará cuartos de milla ni siquiera equipándolo con el motor opcional de 2,0 litros y 148 caballos de fuerza (que realiza en vergonzosos 16,6 segundos), pero no es, sin duda, eso lo que el comprador tiene en mente. Lo que tiene en consideración es seguramente su espacio de carga de 1.400 litros en la maletera, su consumo por encima de los 11 kilómetros por litro, o el espacioso compartimento para pasajeros que supera los 2.700 litros. Nada mal para un auto de a penas 4,3 metros de largo. Lástima que la etiqueta del precio no acompañe esta lógica: a 29.500 dólares no resulta una ganga. Para eso mejor comprar una Hyundai Tucson, que es más grande, más equipada y más potente, y cuesta exactamente lo mismo.

Esteban

martes, 5 de abril de 2011

Comparación: Dodge Durango 2011 Vs. Ford Explorer 2011

La construcción de carrocería montada sobre bastidor está en vías de extinción. Los campeones de esta arquitectura, fundada en los robustos camiones y pick-up que son el fuerte de su industria automotriz, los norteamericanos, ahora sustituyen a dos de sus modelos más emblemáticos (de la marca pero también de su era de primera aparición, los años 90) por modelos crossover, uno de ellos para colmo basado en la plataforma de un sedán de tamaño completo. ¿Los nombres de estos nuevos monocasco? Aunque usted no lo crea, Dodge Durango y Ford Explorer.

Dodge Durango 2011

El completamente nuevo Durango, basado en la plataforma del también nuevo Jeep Grand Cherokee (otro que cambió su arquitectura con el cambio de patrones), llama la atención por encima de todo porque por fin abandonó el cuerpo abultado y desproporcionado de la versión anterior y vuelve a tener una forma más esbelta y atractiva, sino por ello dejar de ser, claramente además, el modelo más grande de su categoría.

Aunque se ofrecerá una versión R/T con motor V8 Hemi, para fines de comparación tomamos el Durango que se venderá en el mundo real, con un 3,6 litros V6 que produce exactamente los mismos 290 caballos de fuerza que su competidor del óvalo azul. Esta configuración no parece presentar problemas serios en cuanto a desempeño, logrando completar el cuarto de milla solamente una décima de segundo y 6 kph más lento que su competidor, a pesar de ser casi 120 kilos más pesado.

El diseño exterior, ya lo decíamos, es mucho más agradable que el de su antecesor, mantiene proporciones correctas y se ve más ligero de lo que es, pero a la vez es todavía fuertemente conservador. El frontis sigue las claves de diseño de sus hermanos de marca, especialmente la máscara con la cruz ahora reinventada, lo cual queda muy bien y la da un nuevo aire a la línea sin perder su identidad. No obstante, el resto resulta quizás un poco monótono, aunque tiene una cierta sutileza que puede gustar a muchos.

El interior ha mejorado también sustancialmente respecto a su antecesor, y se construyó con mucho cuidado en los detalles y el acabado, cosa que ha debido aprender de los italianos que ahora mandan en Chrysler, pues era el más conocido problema de la industria gringa.

El otro problema de la industria gringa es el alto consumo de combustible. Llenar el tanque de este grandulón cuesta acá más de 335 Bolivianos, no quiero ni pensar lo que costaría en Perú o Brasil, y sirve, a cifras oficiales de la marca, para recorrer 6,8 kilómetros por cada litro. Admito que no es una Hummer, y en comparación con los consumos habituales de los grandes VDUs americanos de los años pasados es un progreso importante, pero menos de siete kilómetros por litro es a duras penas aceptable solamente porque la Durango cuesta 48.750 dólares en nuestro país, casi cuatro mil menos que su competidor.

Ford Explorer 2011

No, no es broma. La crossover de la foto es la directa sucesora del carro que provocó la locura de los VDU en los años 90. No fue el primero, ciertamente no fue el mejor ni el más seguro, pero fue el más influyente. Y uno se pregunta si, con este diseño y esta arquitectura completamente nuevos, logrará la misma revolución en el mercado.

El nuevo Explorer toma su plataforma del gran sedán Taurus, ampliando su base más a lo ancho que a lo largo, con lo cual si bien es más corto que su rival de la marca del carnero, es notablemente más ancho y tiene una postura más deportiva. El diseño es osado, sin lugar a dudas, y aunque puede que no guste a todo el mundo, sin duda llama la atención, y mucho. La máscara con las tres anchas franjas horizontales se ofrece en negro en el paquete básico, cromado en el intermedio y del color de la carrocería en el full equipo, y en lo personal pasa de aceptable aunque nunca bonito en el primer caso a exageradamente yanqui (igual que sus parientes Lincoln) en el modelo intermedio, pasando por, siendo amable, una imagen que recuerda a los Ford europeos de principios de los 90 (Mondeo, Sierra, Focus) y que resulta, al contrario de todo el resto del carro, retrógrada. Pero visto de todos los demás ángulos, es un vehículo con pinta muscular y agresiva, con claves muy vanguardistas en el lenguaje sobre todo de los grupos ópticos y de los guardabarros.

El interior es igualmente vanguardista, sustituyendo buena parte de los indicadores por el sistema de pantallas de crista líquido MyFord, programables desde el volante, y que dan todo tipo de información sobre el vehículo, desde un tacómetro digital hasta la radio satelital, desde el control del clima interior hasta la navegación GPS, siempre y cuando el sistema funcione correctamente, lo cual es menos evidente de lo que suena, lastimosamente.

En general el interior está muy bien ejecutado, con materiales de buena calidad y acabados cuidados. No obstante, hay quejas de que el espacio para las piernas en la segunda de las tres filas de asientos es insuficiente y hace que el viaje se haga incómodo para los pasajeros que viajan ahí. Paradójicamente, la tercera fila de asientos sí tiene un espacio aceptable para las piernas e incluso los pies de los dos ocupantes que viajes ahí.

Bajo el capó Ford también innova: en lugar del tradicional V8 las motorizaciones son comúnmente un V6 de 3,5 litros o un motor turboalimentado de 2,0 litros como opción para los modelos con tracción 2x4. El V6 produce, al igual que el Dodge, 290 caballos de fuerza, y cinco libraspié de torque menos que el Durango, quedando en 255 lb-ft.

A pesar del par motor ligeramente más bajo, el desempeño del Ford es superior o igual al del Durango en todo: mejor relación peso-potencia, igual aceleración (ligeramente mayor en el ¼ de milla), mayor volumen de carga, igual capacidad de remolque, igual límite de fuerza lateral, igual velocidad en el slalom. No obstante, en cuanto a estos últimos datos, si se compara con otro crossover de tres filas americano pero de diseño japonés, el Subaru Tribeca, parece ser que siguen teniendo problemas para tomar las curvas: el Tribeca, con caraterísticas muy similares a estos dos nuevos autos, es 6% más rápido en el slalom y aguanta fuerzas laterales 10% más importantes.

En conclusión:

Ambos hacen un esfuerzo importante por adaptarse al mercado actual, ambos son mejores que sus predecesores en cuanto a calidad, diseño y rendimiento, ambos tienen aún cosas que mejorar, sobre todo en cuanto a agilidad y confiabilidad. De hecho, esta comparación está tan cerca de un empate como podrían estar dos autos gemelos. Sin embargo, aunque la prensa especializada le da mejor puntaje al Durango, en lo personal creo que el esfuerzo que hizo Ford por reinventar uno de sus más importantes emblemas tiene un valor muy especial. Cierto, no todo le salió bien, MyFord es poco confiable, el espacio de la segunda fila es insuficiente y la parrilla frontal es horrible, pero creo que tener el valor de tomar un ícono cultural identificado con una época determinada y cambiarlo casi por completo para tratar de convertirlo en un nuevo ícono, diferente y actual, es algo que no se ve todos los días en esta industria. De ahí a que funcione, eso estará por verse. Gana pues, y solo por eso, el Ford Explorer 2011.

Esteban

Chitika