No se deje engañar por el aspecto muscular y el origen americano. El Colorado no es una de esas acomplejantes camionetas gigantes y devoradoras de gasolina que acostumbran llegar del norte del continente americano. Felizmente. El Chevrolet Colorado es una pick-up mediana y compite en nuestro mercado con las hasta ahora omnipresentes camionetas japonesas, pero sus rasgos muy americanos, incluyendo su enorme parrilla frontal con gran presencia de cromados, sus nada sutiles guardabarros angulares y sus ruedas con cubiertas de alto perfil lo distinguen claramente.
Dado que no hay mucho por dónde innovar en el aspecto exterior de una pick-up, el mérito de los diseñadores del Colorado debe reconocerse: frente a su competencia, al menos en el mercado sudamericano, este es un vehículo bastante atractivo, al menos a flor de piel. El mensaje que da de inmediato es de aventura, y sus prestaciones parecen ir con ese mensaje.
El interior es agradable y está bien equipado, aunque algunos acabados no son todavía del todo lo que uno espera. Los norteamericanos tienen todavía que aprender bastante de sus competidores japoneses en ese sentido. Lo que es más importante, es el más espacioso en su clase, y los asientos delanteros son cómodos incluso para personas de gran tamaño (tanto hacia lo alto como a los costados). Por un precio perfectamente alineado con el resto de su categoría, tiene bastantes chiches y gádgets. El aire acondicionado viene de serie, por ejemplo, así como la guantera iluminada, la consola completa en el piso y los múltiples espacios para guardar cosas, los alzavidrios eléctricos o el cierre centralizado con mando a distancia.
Bajo la piel, el Colorado tiene el motor más potente de su categoría, gracias a un motor VORTEC de cinco cilindros en línea y 3,7 litros de desplazamiento, que produce 242 HP a 5.600 revoluciones por minuto. Su par torsional es del mismo número (242 Nm a 4.600 RPM), potencia que se transmite a las ruedas traseras o a las cuatro en modo 4x4 a través de una transmisión automática (lo siento, no hay caja manual disponble) de cuatro velocidades y sobremarcha, lo cual resulta algo anticuado a estas alturas.
Quizás la mayor decepción al conocer al Colorado es su reducida capacidad de carga, ligeramente por encima de los 600 kilos, cuando su competencia japonesa alcanza o supera la tonelada de carga, en todos los casos. Esto condice con la cama, de sólo 2,25 metros cuadrados de superficie, lo cual pone en evidencia que el trabajo duro no es lo que Chevrolet tenía en mente al crearlo. Contrasta con ello la tracción con bloqueo de diferencial, la suspensión delantera de barra de torsión y brazos en A y las grandes cubiertas de 20 centímetros (P235/75R15) con huella muy profunda, que manifiesta más bien un espíritu deportivo. El Chevrolet Colorado es, en resumen, un competente todoterreno con espacio de carga, no una bestia de carga con capacidad todo terreno.
El paquete en sí es muy competitivo, con un precio final facturado de $US 37.500, mil quinientos dólares menos que una Hilux totalmente equipada o mil trescientos menos que la Mitsubishi Tritón GLS V6, siendo que ambas tienen igual o ligeramente menos equipamiento. En definitiva, salvo que uno realmente la necesite para trasladar un gran equipo electrógeno, parece ser una buena alternativa. Faltaría saber, sin embargo, si es tan indestructible como se reputa a la Hilux.
Esteban
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