Pasando por la Av. Ballivián me llamó la atención ver estacionado en el show room de Ovando algo que parecía un Jeep Grand Cherokee que había sido metido a la lavadora con agua caliente. En efecto, la revisión de diseño del Jeep Compass 2011 le ha regalado un frontis muy parecido al del recientemente lanzado Grand Cherokee, dándole un aspecto mucho, pero mucho más agresivo que su antecesor. Este aspecto probablemente no guste a todos, pero sin duda llama la atención. Personalmente, fue más la curiosidad que la atracción, pues el estilo de la fascia, si bien respeta la tradición de la parrilla de siete hendiduras iniciada hace 70 años por el Willys, se ve tosca y poco discreta.
Al otro extremo, el trasero, la historia es diferente. El Compass se ve distinguido y con estilo, solo con algunos retoques bien pensados. La línea lateral casi no cambia respecto del modelo anterior, por lo que es fácilmente distinguible por su silueta.
El segundo punto que llama la atención es su precio: Ovando lo larga (o lo largaba, pues ya vació su stock) por $US 32.800, esto es entre dos mil y cuatro mil dólares menos que sus principales competidores.
Justamente porque todas las existencias ya habían sido vendidas (cosa que habla muy bien del modelo) no tuve la oportunidad de dar una verdadera prueba de manejo, aunque sí pude abordar un ejemplar ya reservado para conocer y testear su interior. No obstante, el Compass finalmente ha sido clasificado para su manejo fuera del camino, y se dice que su comportamiento en tales circunstancias hace honor a la marca
Jeep, a pesar de tratarse de un crossover construido sobre la plataforma GS (misma del Dodge Caliber o del Mitsubishi Lancer), gracias a una transmisión continuamente variable con reductora, un mayor despeje al suelo y un mayor ángulo de ataque.
El interior del Compass es probablemente lo que más rediseño ha sufrido, felizmente. Los plásticos duros han sido por completo eliminados, teniendo en el tablero ahora plásticos texturizados y más finos, acabados y detalles cromados y varios gadjets tecnológicos. Los asientos delanteros son bastante cómodos, con buen soporte lumbar y una consola práctica y completa, aunque de aspecto algo extraño al que cuesta un poco acostumbrarse al principio. Lastimosamente no puedo decir lo mismo de las plazas traseras. El Compass definitivamente es un vehículo para cuatro pasajeros, pues el espacio central trasero es demasiado estrecho para un adulto y los posavasos traseros estorban el espacio para poner los pies.
La maletera tiene un espacio razonable – 640 litros – considerando el tamaño relativamente compacto del Compass comparado con su competencia (es 3,6 centímetros más corto que el Kia Sportage por ejemplo y casi 10 cm más corto que el Suzuki Grand Vitara).
Bajo el capó se halla una buena máquina cuatro en línea de 2,4 litros de desplazamiento y 172 caballos de fuerza, nada mal para sus 1510 kilogramos de peso, lo cual da una relación de peso potencia de 8,8 kilos por caballo. EL motor de doble árbol de levas a la cabeza produce respetables 165 libras-pie de torque, unos 224 Newtons-metro. Con estos números, el Compass es capaz de alcanzar lo 100 kilómetros por hora desde cero en 8,9 segundos, es decir sólo dos décimas de segundo más lento que un Suzuki Grand Vitara, y aguanta notablemente mayores fuerzas laterales que el mismo competidor, con 0.8 G versus 0.77 del Suzuki, siendo notablemente más estable a pesar de tener el mismo sistema de suspensión McPherson adelante y multibrazo atrás.
Aunque el Compass no destaca entre su competencia salvo quizás por este último aspecto, los sacrificios que hay que hacer por el menor precio parecen mínimos, por lo que este nuevo Jeep parece una opción muy interesante – lo cual explica su gran éxito de ventas. Claro, siempre y cuando a uno le guste el disfraz de Grand Crerokee encogido.
Esteban