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sábado, 18 de mayo de 2013

Sport Activity Vehicles: lo mismo pero mejor


En los años 90, cuando llegó el auge de los Vehículos Deportivo-Utilitarios (VDU), ocurrió algo que ningún fabricante había previsto: Las grandes vagonetas 4x4 atrajeron sobre todo al público femenino. La posición dominante del asiento del conductor, el volumen de la carrocería y el gran espacio del maletero resultaron irresistibles para las féminas, que adquirían con su vagoneta una sensación de seguridad y de nivelación de las condiciones respecto a los conductores varones. Si bien esto no es para nada malo, al contrario permitió grandes ganancias a los fabricantes, 
algunos CEOs se quedaron con la sensación de que se estaban perdiendo algo. Por eso, un buen día decidieron volverle a inyectar el gen “Y” a las vagonetas. BMW incluso generó un nuevo nombre para el segmento: Sport Activity Vehicle, algo así como Vehículo Deportivo-Activo (VDA).

Motores potentes, suspensión deportiva o incluso adaptable, tiempos de aceleración de menos de 6 segundos y una actitud de “yo puedo” le devolvieron la emoción a tener una vagoneta todo terreno. A un precio exorbitante. Comparamos hoy tres VDA disponibles en el mercado boliviano, aunque exclusivamente a pedido, para conocer cuál de estas 
cumple mejor el rol de devolverle la masculinidad a manejar una vagoneta.

BMW X5 M 2013


Lo primero que llama la atención de este VDA es la sopa de letras que es su nombre. Pero para el que conoce la nomenclatura de la marca bávara, no es demasiado complicado. Es un BMW, obvio, con carrocería crossover (la X) basada en la plataforma del sedán de serie 5, modificado y potenciado por la división deportiva de la marca, M. Es un auto bastante grande, aunque no enorme, ancho y agresivo, muy bien proporcionado y que no deja dudas 
sobre su origen. Pero en realidad, ni el aspecto exterior, ni siquiera el interior, son lo que realmente importa.

No, lo que importa en este VDA es aquello que don Jeremy Clarkson de Top Gear llama con una voz grave “Poweeerrr”. Y poder tiene de sobra. 555 caballos de fuerza, cinco más que un Lamborghini Gallardo LMP-550. 677 Newtons por metro de par torsional, 137 más que el mismo Lambo. Aceleración de cero a 100 kilómetros por hora en 4,7 segundos. A fondo, no dejará de acelerar hasta la velocidad electrónicamente controlada de 275 kilómetros por hora. El motor biturbo de 4,4 litros es absolutamente bestial. Y sin embargo, algo le falta. No es el tema del consumo, que también es bestial, pero cuya competencia no es mucho más frugal. En los tres casos, estamos hablando de promedios muy por debajo de los 8 kilómetros por litro. Y en los tres casos, estamos hablando de gasolina Premium, exclusivamente.

No, el problema parece estar en otro lado. Aunque viene muy bien equipado, el uso de tecnología parece 
superfluo. Para un auto de casi 150.000 dólares, eso es simplemente imperdonable. Y acá viene una pregunta esencial para los señores de Munich: ¿Cómo diablos se activa el control de arranque para lograr los tiempos de aceleración publicados? Parece ser un secreto exclusivamente para iniciados.

Porsche Cayenne GTS 2013


Algo típico de Porsche es tener un número pequeño de carrocerías con una enorme cantidad de variantes para cada una. La célebre marca de Stuttgart tiene una alineación de solamente cuatro carrocerías: Cayman/Boxter, 911, Panamera y Cayenne. De hecho, los puristas pegaron el grito al cielo cuando se anunciaron estas dos últimas, esencialmente por no tener motor trasero con configuración bóxer. Y porque, en ambos casos, el intento por mantener el lenguaje visual del icónico 911 el diseño salió bastante, cómo decirlo amablemente, poco ortodoxo.

En efecto, el Cayenne no provoca odas de alegría por su aspecto, aunque debemos admitir que con los años le hemos ido agarrando cariño a su estilo poco convencional. De hecho, como otros bichos raros en la historia del automovilismo (piense en el Citroën DS de los años 60 por ejemplo), el Cayenne ya tiene un nutrido club de fans. En muy buena parte se debe este cariño adquirido a la increíble tecnología de este VDA. Casi todo se puede ajustar, adaptar y personalizar en este auto. Aunque es el menos potente de esta comparación, no se puede decir que no tenga “Poweeeerrrr”: 420 caballos de fuerza no es poco, mucho menos considerando que la relación peso/potencia del Cayenne GTS es de sólo 5,14 kilogramos por caballo. Su par torsional de 515 Nm no es para nada despreciable, y la combinación de estos factores le permite una aceleración de cero a 100 kph en 5,97 segundos y una velocidad tope de 261 kilómetros por hora. Será el más lento de los tres, pero sigue siendo muy, muy rápido. El Cayenne GTS tiene además un centro de gravedad más bajo, la suspensión más avanzada de los tres VDA comparados, y un mejor balance del peso, con lo cual en las carreteras sinuosas de los Andes probablemente tendrá una mejor respuesta que los otros dos. Salvo que el motor naturalmente aspirado sufra demasiado de sorojchi.

Pero si definitivamente ese segundo de atraso en el cuarto de milla le molesta demasiado, por unos 50.000 dólares adicionales se puede ordenar el Cayenne Turbo, el tope de gama cuyas cifras son tan espeluznantes que hemos evitado incluirlo por no dejar humillados al BMW y al Jeep.

El Cayenne GTS tiene ventajas nada despreciables que compensan su menor poder. La capacidad de carga y de remolque es significativamente mayor a la de su competencia. Su consumo permite recorrer un kilómetro por litro más que los dos competidores, lo cual 
al usar solo gasolina Premium es nomás importante. Y es 9,500 dólares más barato que el X5 M. Y los mares de tecnología, desde la ventajosa hasta la ridícula.

Jeep Grand Cherokee SRT 2014


Hay que admitirlo, parece un poco injusto incluir una vagoneta americana de una marca mainstream en una comparación con exóticas vagonetas europeas. El solo hecho de que el SRT sea más de 40% más barato que el BMW y 31% más barato que el Porsche debería haberlo excluido de la comparación. Y ni hablar 
del equipamiento, la refinación o la tecnología.

Pero es que no se puede poner en una categoría aparte a una vagoneta que logra, gracias a sus 470 caballos de fuerza y 630 Nm de torque, una aceleración de cero a 100 en increíbles 4,97 segundos, apenas siete décimas de segundo más que el BMW, y una velocidad máxima de 268 kilómetros por hora. El SRT es además más funcional en términos de volumen de carga gracias a su impresionante maletero de casi 1.000 litros con los asientos traseros levantados, y tiene capacidades reales de salir del camino, a diferencia del BMW que es más bien un soft-roader (el Cayenne cae más o menos al medio en este punto, tiene muy buenas capacidades pero no recomendaríamos inscribirlo a los concursos del ORC Bolivia).

Y no podemos pasar del Grand Cherokee SRT sin mencionar el motor Hemi de 6,4 litros, descendiente directo del legendario motor desarrollado por Mopar que ha estado haciendo las delicias de los fanáticos de la 
potencia desde los años 50. Con semejante desplazamiento, resulta sorprendente el rendimiento de consumo que en promedio alcanza los 6,75 kilómetros por litro, quizás no revolucionario pero muy respetable para la bestia que es.

En resumen


La competencia entre los tres VDA comparados es sin duda estrecha. En nuestro sistema de evaluación comparativa, la diferencia es de menos de un punto porcentual en el global, logrando el Porsche el mayor puntaje (93,1/100) esencialmente por su excelente equilibrio en todos los parámetros. EL X5 M (92,3/100) es sin dudas el más potente y el más rápido, pero es el menor frugal y el menos práctico. El Grand Cherokee SRT (92,5/100) gana puntos extra por su precio y por su volumen de carga, pero queda en desventaja en términos de tecnología y equipamiento. El Porsche gana porque sin dejar de ser un auto excitante y algo exótico, es a la vez un coche práctico que se puede usar todos los días, enormemente versátil y flexible, y que aprovecha al máximo la tecnología tanto en lo útil como en lo superfluo.


Esteban

lunes, 13 de febrero de 2012

Probado: Jeep Wrangler 2012

Recuerdo a fines de los 80, cuando era un preadolecente, que para diferenciar al Wrangler del resto de vehículos 4x4 de dos puertas de la época, hablaba del “jeep Jeep de Jeep”. Así de icónico es el vehículo: en Bolivia, y en gran parte de la región, para hablar de un 4x4 deportivo de dos puertas, con altas capacidades off-road, hablamos genéricamente de un “jeep”, así sea de marca Toyota.

Eran, sin embargo, otros tiempos. Hoy, la enorme mayoría de los 4x4 solo llevan esa etiqueta por el sistema de tracción, sin tener realmente capacidades para mucho más que un camino de tierra. Y los pocos vehículos que tienen capacidades extraordinarias para trepar cerros son, en casi todos los casos, vagonetas de lujo, cuyo precio anda por los 100.000 dólares. De hecho, en el mercado boliviano, hasta donde sepamos, solo existe hoy un modelo de todoterreno que sume las características de rudeza, solidez, potencia y altura en un paquete, ajem, “económico”. Hoy, la escasa competencia del Wrangler está en algunas camionetas pick-up. Y por ello, solo por ello, la casa Ovando se anima a ponerle un precio muy superior a lo que los estándares de la industria aconsejarían.

El modelo que probamos, un Wrangler Sport X con caja manual de seis velocidades, Quick Order Package 23S (Aros de 17”, aire acondicionado, volante forrado en cuero y neumáticos P255/75R17 para uso mixto), paquete para fumador y techo duro negro (incluye un guardaobjetos adicional, desempañador y limpia/lavaparabrisas de luneta trasera, y ventanas traseras polarizadas), se cotiza en USD 46.200 como precio facturado, es decir un precio neto de USD 40.194 una vez recuperado el IVA.
El aspecto exterior del nuevo Wrangler es poco distinguible de los anteriores, y eso está bien. Con semejante ícono, cambiar mucho su aspecto exterior hubiera sido un error. Pero los cambios tanto al interior como bajo el capó son a la vez notables y muy atinados, y muestran otro acierto, a nuestro criterio, de la administración italiana de Chrysler.

El Wrangler 2012 es impulsado por el nuevo motor Pentastar V6 de 3,6 litros que produce 285 caballos de fuerza y nada más y nada menos que 260 libraspié (352 N·m) de torque, y se nota. El motor, que enciende y se mantiene en ralentí con un sonido muy suave y discreto, pero brama cuando se pisa fuerte el acelerador. Sumado esto a las relaciones bajas de 4,46:1, 2,61:1 y 1,72:1 en primera, segunda y tercera respectivamente, y el habitual sistema de tracción 2x4 alta, 4x4 alta y 4x4 baja, el Wangler está preparado para trepar cualquier obstáculo que le pongan adelante.

Ayuda mucho por supuesto el ángulo de ataque de 44,3º y el despeje al suelo de 26 cm, muy superiores a cualquier vehículo remotamente comparable en el mercado actual. Jeep mantiene asimismo la suspensión de eje rígido adelante y atrás, con brazos de control y amortiguadores a gas, que aseguran un contacto permanente de las cuatro llantas con el suelo aún en las condiciones más extremas.

El interior es una agradable sorpresa, por el uso de materiales más refinados que la versión anterior, asientos debidamente acolchados y forrados con tela de buena calidad incluso en la banqueta trasera, mucho espacio de almacenamiento, y un tablero de instrumentos acorde a los tiempos que corren, con computador de a bordo, relojes brillantes y muy visibles, y radio/CD/MP3 con cuatro parlantes que aseguran buen sonido incluso cuando el conductor quita el techo, tan fácilmente removible como siempre. Al ser un jeep Jeep de Jeep, el espacio del maletero es escaso, salvo que se doble la banqueta trasera, operación en extremo fácil y cómoda que se puede hacer con un solo movimiento. Bajo la maletera hay un buen espacio para guardar herramientas, y aquellas que vienen con el vehículo para el cambio de llantas se disimulan muy bien en la carrocería.

Aunque no sea algo que nos preocupe mucho en Bolivia, el consumo de combustible del Wrangler es decente, especialmente para un vehículo así de cuadrado, con motor V6 y hecho en Estados Unidos, todos estos factores que suelen afectar negativamente la economía de consumo. Ayuda mucho la caja sexta de relación inversa (0,797:1) en viajes por carretera y avenidas expresas. Sin embargo, si el Wrangler se usa, como está previsto, para cruzar desiertos, trepar cerros y atravesar ríos, el costo en consumo se sentirá. Ciertamente, el Jeep Wrangler no es, aún con todo lo civilizada que es esta nueva versión, un auto citadino, por lo que le recomendamos que no venda todavía su Corolla, y considere la adquisición del Jeep como segundo vehículo. Claro que pagar más de 45.000 dólares para un segundo carro puede ser doloroso.

Esteban

Ficha Técnica

lunes, 25 de julio de 2011

Jeep Compass 2011

Pasando por la Av. Ballivián me llamó la atención ver estacionado en el show room de Ovando algo que parecía un Jeep Grand Cherokee que había sido metido a la lavadora con agua caliente. En efecto, la revisión de diseño del Jeep Compass 2011 le ha regalado un frontis muy parecido al del recientemente lanzado Grand Cherokee, dándole un aspecto mucho, pero mucho más agresivo que su antecesor. Este aspecto probablemente no guste a todos, pero sin duda llama la atención. Personalmente, fue más la curiosidad que la atracción, pues el estilo de la fascia, si bien respeta la tradición de la parrilla de siete hendiduras iniciada hace 70 años por el Willys, se ve tosca y poco discreta.

Al otro extremo, el trasero, la historia es diferente. El Compass se ve distinguido y con estilo, solo con algunos retoques bien pensados. La línea lateral casi no cambia respecto del modelo anterior, por lo que es fácilmente distinguible por su silueta.

El segundo punto que llama la atención es su precio: Ovando lo larga (o lo largaba, pues ya vació su stock) por $US 32.800, esto es entre dos mil y cuatro mil dólares menos que sus principales competidores.

Justamente porque todas las existencias ya habían sido vendidas (cosa que habla muy bien del modelo) no tuve la oportunidad de dar una verdadera prueba de manejo, aunque sí pude abordar un ejemplar ya reservado para conocer y testear su interior. No obstante, el Compass finalmente ha sido clasificado para su manejo fuera del camino, y se dice que su comportamiento en tales circunstancias hace honor a la marca
Jeep, a pesar de tratarse de un crossover construido sobre la plataforma GS (misma del Dodge Caliber o del Mitsubishi Lancer), gracias a una transmisión continuamente variable con reductora, un mayor despeje al suelo y un mayor ángulo de ataque.

El interior del Compass es probablemente lo que más rediseño ha sufrido, felizmente. Los plásticos duros han sido por completo eliminados, teniendo en el tablero ahora plásticos texturizados y más finos, acabados y detalles cromados y varios gadjets tecnológicos. Los asientos delanteros son bastante cómodos, con buen soporte lumbar y una consola práctica y completa, aunque de aspecto algo extraño al que cuesta un poco acostumbrarse al principio. Lastimosamente no puedo decir lo mismo de las plazas traseras. El Compass definitivamente es un vehículo para cuatro pasajeros, pues el espacio central trasero es demasiado estrecho para un adulto y los posavasos traseros estorban el espacio para poner los pies.

La maletera tiene un espacio razonable – 640 litros – considerando el tamaño relativamente compacto del Compass comparado con su competencia (es 3,6 centímetros más corto que el Kia Sportage por ejemplo y casi 10 cm más corto que el Suzuki Grand Vitara).

Bajo el capó se halla una buena máquina cuatro en línea de 2,4 litros de desplazamiento y 172 caballos de fuerza, nada mal para sus 1510 kilogramos de peso, lo cual da una relación de peso potencia de 8,8 kilos por caballo. EL motor de doble árbol de levas a la cabeza produce respetables 165 libras-pie de torque, unos 224 Newtons-metro. Con estos números, el Compass es capaz de alcanzar lo 100 kilómetros por hora desde cero en 8,9 segundos, es decir sólo dos décimas de segundo más lento que un Suzuki Grand Vitara, y aguanta notablemente mayores fuerzas laterales que el mismo competidor, con 0.8 G versus 0.77 del Suzuki, siendo notablemente más estable a pesar de tener el mismo sistema de suspensión McPherson adelante y multibrazo atrás.


Aunque el Compass no destaca entre su competencia salvo quizás por este último aspecto, los sacrificios que hay que hacer por el menor precio parecen mínimos, por lo que este nuevo Jeep parece una opción muy interesante – lo cual explica su gran éxito de ventas. Claro, siempre y cuando a uno le guste el disfraz de Grand Crerokee encogido.

Esteban

martes, 13 de julio de 2010

Jeep Grand Cherokee 2011

La pregunta de cómo le irá a Chrysler bajo la administración de FIAT ha recibido en días recientes su primera respuesta. El Jeep Grand Cherokee lanzado para el año 2011 es el primer vehículo de Chrysler completamente rediseñado desde que la familia Agnelli se hizo cargo el 2009.
A ojos vista, parece que los italianos encontraron la manera de hacer que la marca Jeep sea de nuevo atractiva. El Grand Cherokee guarda una inconfundible semejanza con sus antecesores, y sin embargo le da aire fresco al mundo cada vez más reducido de las VDU “de a de veras”.
En efecto, el Grand Cherokee, aunque muy civilizado y refinado en su interior, es todavía digno de llevar la insignia Jeep, a diferencia de las atorrancias que la marca lanzó en la seguidilla Patriot, Liberty y Cherokee con sus horribles formas cúbicas y sus materiales recuperados de los desechos de alguna fábrica de la era soviética.
No obstante el sobresaliente diseño interior y el gran avance en la mecánica del carro, la fascia no termina de convencerme. El diseño parece tosco y poco trabajado, dejando que la imagen tradicional de la parrilla de siete barras parezca anticuada. De ahí para atrás, las formas son suaves y discretas, y la parte trasera redibujada se ve muy bien.
Ofrecido en cuatro variantes, cada una con dos motores, tres cajas de cambios y tres configuraciones de tracción 4x4 opcionales, las combinaciones son cuasi infinitas. Aunque francamente no comprendo para qué alguien querría un Granad Cherokee con tracción trasera.
Las variantes van del Laredo 2x4 básico al Overland 4x4 tope de gama. Las motorizaciones son un V6 de bloque de aluminio, 3,6 litros de desplazamiento y 290 hp que puede ser sustituido por un V8 Hemi de rugientes 360 hp que dispara la capacidad de remolque de 2.500 a 3.700 kilos, por si a alguien se le ocurre atarle un catamarán para ir a darse una vuelta en otro lago.
La transmisión automática de cinco velocidades es estándar en todas las configuraciones, pero puede sustituirse por dos semiautomáticas secuenciales, una de las cuales lleva la muy moderna y de moda configuración de cambios con paletas al volate. No hay versión con caja mecánica.
Las tracción se puede elegir entre los sistemas Quadra-Trac I, Quadra-Trac II que viene con reductora, y Quadra-Drive II, este último acoplado a un sistema de configuración variable de las características del auto, esto es, la curva de potencia, la altura y de la suspensión y la reacción del acelerador, en función al tipo de terreno (arena/lodo, nieve, roca, sport y automático) llamado Selec-Terrain, inspirado en el sistema Terrain Response que usa el Range Rover.
El Jeep Grand Cherokee 2011 debería llegar a las distribuidoras en Bolivia a fines del presente año, con un rango de precios que debería estar entre los US$ 39.800,00 el Laredo y los US$ 53.000,00 para el Overland totalmente equipado.


Esteban

Ficha Técnica: 2011 Jeep Grand Cherokee

Tipo: Deportivo-Utilitario (VDU) Segmento: C

Motor: Delantero V6 de 3,6 litros, 5 velocidades, tracción 4x4
ó delantero V8 Hemi de 5,7 litros, 5 velocidades, tracción 4x4

Potencia: 290 hp 260 lb/ft
ó 360 hp 390 lb/ft

Consumo: 7 kpl ciudad 10 kpl carretera
ó 6 kpl ciudad 7 kpl carretera

Competencia: Honda Pilot; Hyundai Veracruz; Ford Edge

Precio base: $30.215,00 Est. Bolivia: $39.800,00

Chitika