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lunes, 4 de julio de 2011

A fondo: BMW 535i Gran Turismo 2011



Si alguna vez un auto sufrió de síndrome de personalidad múltiple es este. Introducido por BMW en septiembre del año pasado (aunque lo venía anunciando desde el 2009) y recién llegadito al concesionario Andar Motors aquí en La Paz, la versión llamada “Gran Turismo” por la fábrica bávara tiene, para mi gusto, un grave problema de diseño: suceden demasiadas cosas al mismo tiempo, es un auto que quiere ser todo a la vez y por tanto no termina de definir lo que es. Como el Homeromóvil de Los Simpson, pareciera que BMW hizo un listado de todo lo que quiere el cliente típico de la marca y trató de meterlo todo en un solo auto, con lo que ha resultado un adefesio indefinido y totalmente falto de gracia.
¿Porqué tan duro con el pobre auto? Primero, porque he afirmado desde que me enamoré de los autos, cuando tendría quizás cinco o seis años de edad, que no existía BMW feo – o, para el efecto, automóvil Premium alemán feo – y el 5 GT resulta ser una terrible excepción. Toda la sutil elegancia minimalista y a la vez deportiva del diseño alemán se fue por la borda. Esto se lo hubiera podido perdonar a Cadillac o a Chrysler, y hasta me hubiese parecido un progreso en el caso de Lincoln, que son marcas Premium americanas que nos han acostumbrado a lo estrafalario y torpemente llamativo. Incluso no me hubiera resultado tan sorprendente si el logo colado al capó fuera de Renault o Citroën, marcas que en busca de la
personalidad francesa han cometido algunos crímenes estéticos en el pasado, aunque también han tenido grandes logros (sigo considerando al Citroën DS, por ejemplo, como uno de los diseños más bellos de la historia, a pesar de lo tan terriblemente heterodoxo que era). Pero de BMW, creador de autos tan increíbles como el 635 CSi, del M3 o del 850Ci, simple y sencillamente me resulta una tremenda decepción.

Ciertamente un Gran Turismo no es, a pesar del nombre y de la clásica eficiencia BMW. Es más bien un cruce entre un Landau de los años 40 con la vagoneta deportiva X6, un hatchback clásico al que le han aumentado por la fuerza un par de puertas más, un sedán de lujo pero con cuatro pilares en lugar de tres, tal vez para que tenga un aire de limousine… Definitivamente es imposible clasificar este carro, lo cual
no es forzosamente malo por sí mismo, pero en este caso se hace realmente trágico. Y me temo que la respuesta del público va a ser igualmente trágica.
Por dentro las cosas se encausan mejor, pues el 5GT ofrece un habitáculo amplio y confortable, lleno de detalles lujosos donde el cliente, como se debe en una marca Premium, puede elegir entre doce tapicerías (nueve de cuero y tres de tela) y cinco acabados en los tableros, es decir, sesenta posibles combinaciones diferentes. A esto se agrega una larga lista de extras tecnológicos ya característicos de la marca, entre los que están el control iDrive con el nuevo interfaz mejorado y más amigable, con todo y navegación GPS, control climático bizona, controles al volante, acceso sin llave, muchos espacios para guardar cosas y acabados en materiales de muy alta calidad. Las ventajas de la extraña forma del auto se notan aquí: el acceso no requiere el menor esfuerzo, es tan fácil como sentarse en una silla, y el interior es tan grande y cómodo como el del hermano mayor, el serie 7.

Por desgracia, el sobrepeso del 535i Gran Turismo se siente fuertemente en el manejo. El motor seis en línea que hace las delicias de los fanáticos de la marca produce 300 HP y la misma cantidad de libraspié de torque, lo cual al serie 5 normal le da potencia más que respetable y reacciones que uno no espera de un sedán de tamaño completo, pero en el caso del GT resultan claramente insuficientes. Como el 5GT fue pensado para encajar en el espacio que quedaba entre el serie 5 sedán y el serie 7, lo lógico sería que en términos de performance también se ubique en ese espacio. Nada más lejos de la verdad: haciendo la
comparación entre el 535i, el 535i Gran Turismo y el 740i., todos equipados con motor de 3,0 litros, el 5GT resulta ser el más pesado, el con peor relación peso/potencia, el de mayor coeficiente de arrastre, es el más lento en el slalom, el que aguanta menor fuerza lateral en las curvas, el de aceleración más lenta y, por todo un segundo y diez kilómetros/hora menos de velocidad final, es el más lerdo en el cuarto de milla. En lo que sí le gana a sus hermanos es en economía de combustible, paradójicamente (al ser más pesado y menos aerodinámico debería gastar más, sin embargo logra mejores rendimientos en ciudad y en carretera)
Después de todo, me dirán, no es su objetivo competir con sus propios compañeros de marca, por lo que este comparativo no tendría razón de ser. De acuerdo, les diré, busquemos dos otros modelos con los que sí compita el 5GT. Dado lo sui géneris de este auto, esta no es tarea fácil, sin embrago, sospechamos que
BMW estaba apuntando contra el Audi A7, o quizás contra el mucho más caro Porsche Panamera, ambos sedanes hatchback de alta gama. De nuevo, en la comparativa, el BMW sale perdiendo en todas las mediciones de rendimiento. Y esta vez, tampoco logra el primer lugar en economía de combustible. El 535 GT es dos, cuéntenlos, dos segundos más lento en el cuarto de milla que ambos rivales, cosa que no debería sorprender cuando al lado se pone un Porsche, pero que sí resulta una muy agradable sorpresa cuando se miran las figuras del Audi, que por cierto gana casi en todo lo demás a pesar de costar 28% menos (y casi exactamente lo mismo que el bávaro puesto a prueba en este artículo).
Dicho esto, uno se pregunta porqué los ejecutivos de Bayerniche Motorwerk se dieron la molestia de lanzar este modelo al mercado. En lo personal, haciendo las comparaciones arriba mencionadas, me resulta mucho más lógico, si uno quiere lujo, potencia y practicidad, optar por un serie 5 touring o un A6 Avant. Y ninguno cuesta los 90.000 dólares que piden por el GT. Me parece que el haber reaccionado tan visceralmente al nuevo segmento de los sedanes hatchback ha sido un error.

Esteban


 

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