El mundo del automóvil es cada vez más complejo. Encima de la dificultad de clasificar los géneros, pues bajo ellos se suman subgéneros cada vez más numerosos, los diseñadores combinan, cruzan y mezclan características de dos o más géneros para crear uno nuevo – muy parecido a lo que hace la naturaleza con la genética. Uno es estos géneros es reciente aparición son los vehículos subcompactos modificados para que adquieran ciertas (limitadas) habilidades de conducción fuera del camino, conocidos hoy como crossover compactos.
Así como el cruce de subcompacto con monovolumen generó al mini MPV eminentemente japonés, en Sudamérica se creó el crossover compacto. Los tres ejemplares que comparamos hoy son todos de origen europeo en su modelo normal, pero se ha desarrollado su evolución crossover en Latinoamérica.
Fiat Idea Adventure
Basado en el subcompacto Idea, el Idea Adventure, y de hecho toda la línea Adventure que se extiende por cuatro modelos de Fiat fabricados en Brasil, incorpora mejoras tales como llantas Pirelli Scorpion con aros
de 15’, ABS con sistema de distribución electrónica de frenado, una suspensión más rígida, paneles de protección de la parte baja del carro, cobertura de los parachoques y guardabarros de vinilo, llanta de auxilio montada de manera externa, bloqueador del diferencial y un motor de 1.8 litros que produce 114 HP y 117 libraspié de torque (159 N•m) , ubicándolo como el más potente de esta comparación, aunque no el más veloz.
Hay que decir que el Idea Adventure es un desafío a la tolerancia estética. Como todo este nuevo segmento, aquí lo que cuenta es la función, y no tanto la forma. Eso puede ser bueno en los autos deportivos, pero en el caso de los XUV compactos provoca que, digámoslo así para no herir sentimientos, sean para un gusto muy específico.
El interior corresponde al segmento y al precio - $US 21.000 – y cumple muy bien su trabajo. Si bien los materiales no son todos de primera, como puede esperarse, Fiat Brasil hace un bastante buen esfuerzo por
lograr comodidad y refinamiento con un presupuesto limitado. Nótese además que el interior de la versión Adventure es bastante mejor que el del Fiat Idea común y silvestre, con insertos de cuero en los asientos y un reacomodo de los instrumentos.
Como ya se mencionó el Idea Adventure lleva un motor de 1,6 litros, listo para etanol si fuese necesario, que lo impulsa de cero a 100 kilómetros por hora en largos 12,5 segundos, lo cual aún para este segmento es un handicap importante. Por otro lado, sin embargo, logra una velocidad máxima de 175 kilómetros por hora, lo cual es bastante respetable para un auto de estas dimensiones y precio. Pero si uno va por un auto como éste, lo que tiene en mente son sus habilidades en caminos de tierra. Si bien no lleva doble tracción, la tracción delantera tiene como importante ventaja sobre su competencia el sistema de bloqueo de diferencial opcional, que evita que en una situación complicada solamente gire una rueda, mientras la otra no hace nada, como ocurre con cualquier tracción delantera
habitual. Después de todo, en este segmento se trata de poder salir de problemas en cualquiera de los caminos de trocha sudamericanos.
Renault Sandero Stepway
Si bien no soy personalmente fanático de los diseños que en el último par de años Renault ha visto por conveniente ofrecer en Latinoamérica, el Sandero Stepway, que al igual que el Idea Adventure es un desarrollo brasileño sobre un modelo europeo anterior, el Sandero, en este caso de origen rumano, es lo suficientemente atractivo, aunque de una manera más bien conservadora, como para haber entrado con bastante fuerza al mercado boliviano. A diferencia del Fiat y del VW, las modificaciones hechas para un mejor comportamiento fuera del asfalto no son demasdiado evidentes ni parecen un intento de bajo presupuesto de alistar un subcompacto para las guerras de Mad Max. Al contrario, el reforzamiento de la base de la carrocería es bastante discreto.
El interior, en cambio, es demasiado evidentemente el de un auto de bajo costo. Los plásticos duros y la imitación de metal pulido abundan. Los asientos no tienen diferencia alguna con el modelo “normal” del Sandero, por lo que tampoco existe valor agregado a ese nivel. En realidad, la única ventaja del Stepway en
cuanto el interior es que cuenta con computadora de viaje, que carecen los otros dos. Esa pequeña ventaja se pierde inmediatamente, sin embargo, cuando uno se encuentra con que el volante del Sandero no es regulable, ni en altura ni en profundidad. En pleno siglo XXI. Increíble.
Su comportamiento tampoco es de los mejores. Si bien porta un motor a gasolina de 1,6 litros que produce 105 caballos de fuerza en un cuerpo de a penas 1117 kilogramos, por lo que tiene la mejor relación peso-potencia del conjunto, su aceleración, auque mejor que la del Fiat es tediosa, y la carrocería elevada para dar esta ilusión de capacidad off-road hace que se bambolee mucho en las curvas cerradas o prolongadas,
afectando seriamente sus prestaciones en caminos reales.
Tampoco cuenta el Stepway con sistema alguno que pueda sacar a su conductor de situaciones difíciles. Tal vez por eso es tan liviano: para poderlo empujar cada vez que encalle. Daría la impresión de que Renault/Dacia se ha desesperado demasiado por entrar a este nuevo segmento. Al menos se lleva el consuelo de que estéticamente es el más simpático.
Volkswagen Crossfox
El Crossfox es el veterano de nuestra comparación. De hecho, Volkswagen Brasil está ya preparando una nueva versión del Crossfox, a ser lanzado dentro de uno o dos meses. Y buena falta le hace: si bien el Crossfox no es para nada feo, su diseño ya resulta anticuado y aburrido. Es pues ya tiempo de renovarse.
El interior, como es debido, es claramente el mejor de los tres de esta comparativa. Una vez más, Volkswagen hace honor a su reputación y logra, dentro de un modelo económico, instalar paneles que si bien son de plástico, son de notablemente mejor calidad que los de su competencia, sin por ello complicarse con tratar de poner cromados o imitaciones de materiales finos. Volkswagen es, y siempre ha sido, elegante y sin complicaciones en su diseño de interiores, y eso lo valoramos mucho. Agréguele a eso la opción de asientos de cuero, y se obtiene un paquete que vale la pena.
Sobre el tema de la comodidad, sin embargo, hay una observación importante respecto del Crossfox. La llanta de auxilio, que al igual que en el caso del Idea Adventure cuelga detrás del portón trasero, estorba su apertura. Abrir el maletero resulta engorroso y complicado.
Al igual que su competencia, el Crossfox se equipa con un motor de 1,6 litros, que produce modestos 101 caballos de fuerza y 105 libraspié (142 N.m) de torque. Paradójicamente, sin embargo, el Volks tiene la mejor aceleración, gracias a un árbol de levas a la cabeza bien afinado, que le permite sacar siete décimas de ventaja a sus dos rivales. No obstante, 11,8 segundos no es tampoco ninguna maravilla. El Crossfox también carece de alguna otra tecnología, a parte de la suspensión elevada y reforzada, que le permita atribuirse habilidades fuera del asfalto. Sin embargo su construcción es lo suficientemente sólida para sufrir el maltrato con gallardía.
Veredicto
Todos los ejemplares acá exhibidos son muy similares en varios aspectos. Su motorización es casi idéntica, aunque el Fiat tiene una leve ventaja mecánica, exacerbada por su bloqueador de diferencial. Pero contra el Fiat juega la estética, y pesa bastante. Por su parte, el Sandero es el más aceptable estéticamente, pero todo
lo demás queda en rezago. Finalmente, el Crossfox tiene ventaja en calidad de construcción y durabilidad, y algo en aceleración, pero resulta anticuado, le falta potencia y, sinceramente, más emoción. Por eso, si tuviera que elegir, me iría por otro competidor, que no lo incluimos porque el principio no es el mismo.
En efecto, si se trata de comprar un crossover compacto, con motor 1,6, capacidad para cinco, ciertas habilidades básicas de manejo fuera del camino asfaltado, y muy económico, elegiría uno que es un verdadero VDU. Y el único que ofrece el mercado es el Ford EcoSport. Y, casualidad de casualidades, ¡también es brasileño! Para ser justos, habría que esperar el Crossfox de 4ta generación, a ver si el veredicto cambia.