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lunes, 29 de agosto de 2011

Porsche 911 Carrera (991) 2012

Hace falta ser experto en Porsche o realmente fanático hard-core para diferenciar generaciones sucesivas del clásico 911. No obstante, algunos detalles que no escapan al buen observador permiten distinguir la novena generación presentada este 23 de agosto en Frankfurt. Algunos solo serán perceptibles si uno anda por ahí con la cinta métrica en el bolsillo: el nuevo 911, presentado inicialmente en las variantes Carrera y Carrera S, aunque las tradicionales configuraciones Targa y Cabrio no deberían tardar mucho, y poco después un nuevo GT3, es cuatro centímetros más largo y cinco centímetros que su antecesor, con lo que se espera tener una base (aún) más estable para su manejo a altas velocidades y en curvas cerradas.

Otros cambios implican juegos de luces LED tanto en rompenieblas como en luces de freno, lo que permite
no solo estar a tono con la última tendencia germana iniciada por Audi, sino dar rasgos más afilados y agresivos a las fascias delantera y trasera del 911, acusado frecuentemente de ser un auto “femenino”. Todo, la base más ancha y larga, los juegos de luces, pero también la mayor potencia y el menor peso, parece establecer la voluntad de Porsche de volver a apelar al público masculino, basándose en elementos de diseño del sedán Panamera, que es el auto más lleno de testosterona que se ha fabricado en Stuttgart desde hace como 30 años.

En efecto, en su versión Carrera, el 911 lleva un motor bóxer de seis cilindros y 3,5 litros, como el anterior, pero que produce 345 caballos de fuerza, mientras que el Carerra S sube su motor de 3,8 litros, también H6, a fabulosos 400 caballos de fuerza, mientras que el uso de materiales de alta rigidez y nuevas tecnologías de soldadura permiten que el cuerpo
más grande pese 45 kilogramos menos que su antecesor. Porsche aún no ha difundido los datos de torque, aceleración o velocidad máxima oficialmente, pero se estiman tiempos de 0 a 100 kph de 4,5 segundos (4,2 para el S). Ambos motores se pueden acoplar, a elección, a una caja manual de 7 velocidades o la famosa transmisión semiautomática con doble disco de embrague, también de 12 velocidades.

Todo el crecimiento de dimensiones exteriores permite también un mucho mayor espacio interior. De nuevo, muchos elementos han sido tomados del Panamera, incluyendo el tablero con muchos más botones e indicadores que el anterior modelo: Acá, sin embrago, parece simplemente que Porsche se ha enterado que un auto de 120.000 dólares debe equiparse con toda la tecnología que pueda cargar. Y lo hace de gran manera. Tanto, que a pesar de tener el motor donde lo tiene, el nuevo 911 pasa de ser un cupé
deportivo a rozar más bien la categoría del Gran Turismo – si no fuera por el minúsculo maletero de 136 litros.

Porsche sabe que la configuración de motor central del Caimán es dinámicamente superior a la del 911, pero el diseño de motor trasero permite instalar asientos traseros utilizables. Además, ayuda a generar esas formas clásicas: Al haberse aventurado Porsche fuera de su territorio conocido, como con los VDU pequeños y sedanes de lujo, el aspecto clásico del 911 proporciona un lazo con su pasado. Y este legado histórico se está convirtiendo en una parte cada vez más importante de la propuesta de mercadeo del 911, que se enfrenta a una fuerte competencia nueva, incluyendo desde el Audi R8 y el Nissan GT-R hasta cruceros de boulevard como el serie 6 de BMW y el Mercedes-Benz SL.

Esteban

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