En Ford están pasando cosas importantes. El Kinetic Design ha alcanzado a todos sus vehículos de pasajeros, a excepción quizás del Flex. Pero lo más importante, ha llegado a su subsidiaria brasileña, ¡y con qué estilo! La vagoneta compacta EcoSport era, por varios años, si simpática, demasiado cúbica y simple. El pequeño VDU se veía y se sentía barato, desprovisto de potencia y demasiado conservador. No se malentienda, el carro era atractivo precisamente por su simpleza, lo cual permitió que alcance cifras de ventas muy interesantes en la región sudamericana.
Pero el rediseño realizado el año recién pasado ha sido, qué duda cabe, un salto cualitativo mayúsculo. Ford Brasil se atrevió a abandonar por completo las líneas exteriores del modelo original, realizadas por un dibujante que al parecer sólo tenía una regla y una escuadra para hacer su trabajo, y sustituirlas por las líneas fluidas, dinámicas y modernas
que caracterizan la tendencia Kinetic Design de otros modelos como el Fiesta en el que se basa este pequeño todo terreno. Y el resultado no decepciona. El EcoSport se ve muy bien, pero sobre todo parece más caro de lo que es, exactamente a la inversa de su antecesor, sin por ello dejar de ser un vehículo sin complicaciones innecesarias.
Esa mejora sustancial también se ha reflejado al interior, qué duda cabe, a pesar de que no han mejorado sustancialmente los materiales utilizados, esto para mantener bajo el precio del auto (entre $US 23.900 y $US 26.500), pero su acabado y su encaje resulta mucho mejor cuidado que en el antecesor, y no ocurrirá
demasiado pronto que las piezas empiecen a sacudirse y sonar. Algo similar ocurre debajo del capó, donde el motor 1.6 litros del modelo de entrada salta de 98 a 110 caballos de fuerza, manteniéndose el tope de gama 2.0 de 143 HP pero este último acoplado a una moderna caja manual de seis velocidades y doble tracción. Ninguno de los motores se siente débil ni requiere esfuerzos incómodos para moverse, aunque como cualquier cuatro en línea de bajo desplazamiento es necesario empujar fuerte el acelerador para lograr un manejo más divertido. Aún en esos límites, sin embargo, el ruido del motor no se siente demasiado en la cabina, lo cual es sorprendente y muy encomiable en esta categoría y, sobre todo, también es un enorme salto respecto al
antecesor, ruidoso a altas revoluciones al punto que los acompañantes debían gritar para ser escuchados.
Pocos autos en los últimos años han logrado semejante salto cualitativo, mucho menos manteniendo un rango de precios similar al del antecesor. Por eso, y por haber obtenido 2/3 de los votos, el Ford EcoSport 2013 es nuestro Auto Favorito del Año, con lo cual damos el punta pie inicial a esta serie de 50 artículos que publicaremos semanalmente en Esteban On Cars este 2013. ¡Feliz año a todos!
Esteban
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