Por 90 años, las dosis extremas de asombro, drama, valor y
caballería han alucinado a los que tenemos aceite en las venas cada inicio del
verano boreal excepto durante la II Guerra Mundial. Le Mans. ¿Cómo no amar esta
carrera? A siete horas de empezada esta última edición, Audi venía dominando
con un perfecto uno-dos-tres, casualmente protagonizado por los autos números
uno, dos y tres, cuando de repente el auto número tres conducido por Oliver
Jarvis entra en un espeluznante trompo, haciendo trizas un neumático justo
antes del Puente Dunlop. Doce kilómetros lo separan de los pits… Poco después,
el auto número uno es empujado al garaje, con la carrocería trasera colgando.
Según fuentes diferentes, necesita cambiar el alternador, o un sensor en el
cigüeñal. Parece que es el fin del juego para el ganador del año pasado… Pero
no, ¡el Audi regresa a la pista para recuperar el tiempo perdido y logra un
heróico quinto lugar al final de la carrera!
Mientras el sol se pone los Audis no hacen más que acelerar
y acelerar, consistentemente logrando mejores tiempos que los que su gran rival
del día, Toyota, había logrado incluso en la cuali, pero a pesar de sus motores
híbridos a diesel también habían establecido un ritmo de recarga de combustible
constante de diez vueltas, dos menos que los Toyota. La escudería japonesa
había logrado alarmar con su ritmo al equipo Audi en las primeras vueltas,
antes de que saliera el Safety Car que siguió al terrible accidente que segó la
vida del piloto de Aston Martin Allan Simonsen.
En efecto, horribles y trágicas noticias se conocieron muy
al principio de la carrera. Allan Simonsen había fallecido en el hospital de
las heridas sufridas en un espantoso accidente ocurrido en la tercera vuelta.
La biografía en Twitter de este piloto danés simplemente señala “piloto
profesional de carreras, viviendo el sueño”. Simonsen al menos habrá estado
saboreando hasta los últimos momentos sus 35 años, si de algún consuelo sirve.
No era su primera carrera en Le Mans – era un veterano con seis carreras
anteriores en su haber – pero todo indicaba que ésta iba a ser su más exitosa,
al ser parte de un muy respetado y extremadamente rápido equipo enteramente
danés que compitió con un Aston Martin Vantage en la categoría GTE Amateur.
Le Mans es tétrico cuando llueve. Un manto negro cuelga
sobre un circuito que se desvanece en la oscura campiña francesa. No puede uno
evitar reconocer y admirar la valentía de los pilotos cuando esto ocurre. El
accidente que acabó demasiado pronto la vida de Simonsen es un recordatorio de
porqué nunca nos volvemos displicentes ni damos por sentado respecto el enorme
valor que se requiere. A la esposa, la pequeña hija y al resto de la gente que
amaba a Simonsen, extendemos nuestro más sentido pesar.
El director de Aston Martin Racing, John Gaw, dijo al
respecto: “De parte mía y de todos acá en Aston Martin Racing, expreso nuestras
más sentidas condolencias a la personas y familias cuyo amigo y ser amado
estuvo involucrado en la terrible tragedia de hoy. Siguiendo las declaraciones
de la organización y las específicas instrucciones de la familia de Allan, el
equipo seguirá participando en las 24 Horas de Le Mans como un tributo a su
memoria”
Volviendo a nuestro relato, los Toyota van segundo y tercero
detrás del único Audi indemne, pero no han estado libres de problemas.
Alexander Wurz tuvo que reiniciar el auto número 7 sobre el circuito. Tener el
auto más veloz y dominar en la pista no garantiza una victoria cuando suenen
las tres de la tarde del domingo. De eso se trata Le Mans. Mientras la lluvia
se va alejando, una elección acertada – por inteligencia o por suerte – podría
aún cambiar el destino de Toyota, y, siendo perfectamente honestos, aunque el
Audi R18 eTron es una de las naves más hermosas que hayamos visto jamás en las
carreras, no nos molestaría ver a la escudería alemana tener que sufrir un poco
para conseguir su 12va victoria consecutiva. Y no obstante…
El afable danés se limpia la emoción de los ojos con el
dorso de la mano. Y no es por nada. Esta es su novena victoria en el Circuit de
La Sarthe – la undécima para su equipo –, y se la dedica a su compatriota
recién fallecido el día anterior. A Tom Kristensen lo acompañan en el panteón
de los héroes el inglés Allan McNish y el galo Loïc Duval. Juntos lograron dar
348 vueltas al circuito, a pesar de la presión permanente que en las últimas 24
horas ejercieron los pilotos del auto número 8 Anthony Davidson, Stéphane
Sarrazin y Sebastien Buemi, de Toyota. Mientras Kistensen, Duval, McNish y Herr
Doktor Ulrich celebran, Davidson también felicita a los suyos por el segundo
lugar. Este es un podio de caballeros.
En las otras categorías, el belga Baguette, el francés Pla y
el australiano Martin festejan su podio en LMP2, demostrando la imbatibilidad
de los motores Nissan en esta categoría, mientras que el Porsche 911 GT3-RSR
toma los dos primeros lugares de la categoría Gran Turismo Profesional,
relegando a Aston Martin al tercer lugar; y en Gran Turismo Amateur vencieron
los franceses de IMSA Performance también con Porsche, seguidos de los dos
Ferrari 458 Italia de AF Corse. Ha sido una fascinante, bizarra y trágica
carrera este año. Las cabezas se agachan en los cuatro podios para pagar
tributo al camarada caído. Pero al final, Audi vuelve a adjudicarse la
victoria, y comienza la campaña para el 2014, cuando Porsche hará un retorno
magistral a la categoría y Toyota intentará lograr lo que no pudo este año,
pero tan cerca estuvo. Sin duda, las 24 Horas de Le Mans versión 2013 ha sido
una carrera profundamente emotiva.
Esteban
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