El mote de BMW, “el placer de conducir” no suele
relacionarse fácilmente con un gordo y pesado VDU como es el X5. Pero en tanto
tercer modelo más vendido de la marca a nivel mundial, justo después de los
sedanes serie 3 y 5, el venerable X5 ha sido la clave del éxito de los de
Munich en varios mercados, incluido el latinoamericano. Con el lanzamiento de
la tercera generación del X5, BMW espera continuar el éxito de la serie
original con sutiles cambios en el diseño exterior y (aún) mejores niveles de
equipamiento.
A primera vista, no parece que hubiera cambiado gran cosa,
pues el nuevo X5 mantiene la silueta de su antecesor. El portón trasero
ligeramente curvado, la nariz poco sobresaliente, el pilar A casi vertical y esa perversa actitud de Hofmeister están todos presentes. A primera vista, no parece
que hubiera cambiado más que algún detalle en las fascias delantera y trasera:
adelante, los faros entran en contacto con la tradicional grilla de doble
riñón, imitando la última generación del serie 3, e incluyen los aros de luces
LED achatados abajo, también como el nuevo serie 3, con luces adaptivas de
xenón de serie. La mejora aerodinámica se ha priorizado en el rediseño, con una
“cortina de aire” en la cénefa delantera, que guía el viento alrededor de los
arcos de los guardabarros y hacia las ventilas laterales para reducir el arrastre.
El nuevo X5 es el primer modelo de BMW en incluir dos piezas negras que
conectan el spoiler del techo al portón trasero, denominadas Aero Blades (algo
así como “cuchillas aéreas”), que optimizan la aerodinámica. El resto del
cuarto trasero se ha actualizado notablemente, con más grandes conjuntos de
luces y líneas tridimensionales de luces LED en su interior. Siguiendo la
tradición, esas luces tienen forma de “L” como en los modelos de primera y
segunda generación. Las rieles del techo son negras de serie, pero pueden
especificarse con un acabado en aluminio satinado o en negro brillante como
opciones en los
paquetes xLine y Luxury Line. El paquete xLine además incluye
protectores ventrales acabados en acero pulido, barras pintadas en plata mate
para los bordes de las tomas de aire y detalles en el portón trasero, y
acabados en aluminio satinado para los bordes de las ventanas, mientras que el
paquete Luxury Line incluye arcos de los guardabarros pintados del color de la
carrocería, acabados en cromo en la grilla de doble riñón con listones negros
verticales, y bordes cromados para las ventanas. El paquete tope de gama,
llamado paquete M Sport, incluye un kit de faldones y spoilers aerodinámicos M,
acabados Shadowline en las ventanas, y aros de 19 pulgadas (o incluso de 20
pulgadas con neumáticos deportivos).
El modelo de base, que no recibiremos en Bolivia por las
regulaciones vigentes, llevará un motor diesel de 2,0 litros y tendrá tracción
trasera, mientras el resto de los modelos reciben tracción integral. Con su
motor de cuatro cilindros, el xDrive 25d no es exactamente el monstruo de
tracción trasera que uno esperaría, pero no hay duda que el menor precio del
modelo de base será tentador para algunos modificadores que usarán el dinero
ahorrado para repotenciarlo. El Papi Chulo del nuevo X5 será el xDrive 50i, que
llevará un motor V8 biturbo de 4,4 litros con espeluznantes 450 caballos de
fuerza y 479 libraspié de torsión, suficiente para acelerar de cero a 100 kph
en exactos 5 segundos. Eso sí que es rápido.
La gama intermedia, que se lanzará en diciembre y donde
seguramente Andar Motors espera tener el grueso de sus ventas, llevará un motor
de 3,0 litros con 300 caballos de fuerza en el xDrive 35i, y un motor de 313 HP
moverá el xDrive40i. Los diesel que interesan al resto de Latinoamérica y que
harán el grueso de las ventas mundiales llevarán el tradicional seis cilindros
en línea de 3,0 litros y 258 caballos de fuerza para el xdrive30d y el
maravilloso triple turbo de
381 caballos y 546 libraspié moverá el xDrive50d.
Este último acelera en solo 5,3 segundos hasta los 100 kph, increíble para un
diesel. Y es más limpio y eficiente que su antecesor, con emisiones de CO2
calculadas en sólo 177g/km.
Todos los modelos llevan de serie
una transmisión automática de 8 velocidades, con manejo seleccionable entre los
modos comfort, sport, sport + y eco. Otras medidas proambientales incluyen
regeneración de energía al frenar, dirección eléctrica, apagado y encendido
automáticos y neumáticos de baja resistencia al avance. Agréguese a la mezcla
una reducción en el peso neto de 90 kg y se obtiene, bueno, lo más verde que se
puede obtener en un VDU de dos toneladas.
Al interior, el X5 recibe el característico tablero barrido
y la disposición de instrumentos típica de BMW, con un display de 10 pulgadas
elevándose sobre la consola central que incluye pantalla táctil. También vienen
de serie las aplicaciones BMW que permiten la interacción del auto con tu
teléfono celular, con aplicaciones como Facebook, Twitter y Pandora. Los
acabados incluyen insertos en panel negro, madera de álamo o negro piano de
alto brillo. Los asientos de cuero en ocho posibles colores son de serie en el
xDrive50i y vienen como opción en el resto de los
modelos. Con el paquete M
Sport, se incluye un timón deportivo con paletas de cambio, forros de techo en
color antracita, descansos de pedal y umbrales M, y asientos deportivos o de
contorno múltiple a elección. Se incluye una nueva opción de tres filas de
asientos, banco trasero plegable en 40:20:40 porciento, portón trasero
eléctrico operable desde el asiento del conductor y una larga lista de
opcionales todas con nombres tan rimbombantes como Paquete de Asistencia Activa
al Manejo, Asistente para Tráfico Pesado y la nueva generación de Parqueo
Asistido, que estaciona el auto automáticamente, además de los más clásicos
Visión Nocturna y Cámara de Visión Periférica.
Calculamos que el nuevo X5 costará desde los $85000, si uno
se mantiene en el xDrive35i y no tiquea ninguna de las casillas de opciones,
que como ya es habitual en BMW pueden disparar el precio final hasta en un 50%.
Esteban
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