Por muchos
años, la camioneta americana por excelencia ha sido la F-150, y hay una razón
para ello. La Ford fue consistentemente la pick-up más vendida en Estados Unidos por décadas, a
pesar de la competencia de la Dodge Ram, la Chevrolet Silverado y, más
recientemente, de la Toyota Tundra. La más reciente encarnación de la F-150 y
de la Tundra han llegado al mercado boliviano hace poco, a diferencia de las
otras dos marcas que hoy están ausentes, en el primer caso gracias a la
adjudicación de la marca Ford a la casa Christian Automotors, que tuvo mucho
éxito en Santa Cruz e incursiona en La Paz desde el año pasado, y en el segundo
tras la reciente decisión corporativa de Toyosa de importar los carros más
grandes de la marca, fabricados en Estados Unidos, a saber la vagoneta Sequoia
y la camioneta Tundra, antes solo disponibles en el mercado gris.
Ford F-150 Lariat
Christian
Automotors ofrece cuatro variantes de la F-150, desde la básica XL de cabina
sencilla hasta la fabulosa Raptor de 411 HP, pasando por la bien equipada XLT y
el modelo ahora sometido a examen, denominado Lariat.
Lo primero
que llama la atención de la camioneta es su aspecto intimidante, no solamente
por su enorme tamaño – y eso que es el de batalla “corta” – sino por su perfil
angular, la enorme cantidad de cromado, las grades ruedas y los
enormes espejos
pintados del color de la carrocería. Su despeje al suelo es generoso, aunque
notablemente menor al de su competidor, lo que sumado a su mayor distancia
entre ejes reduce el ángulo de cresta comparado con el Toyota, lo cual podría
ser una desventaja en condiciones extremas fuera de la carretera.
El interior
del F-150 es realmente sorprendente. La versión Lariat incluye asientos eléctricos
ajustables en 10 direcciones, con posiciones programadas, asientos por cierto
forrados en cuero legítimo, al igual que el volante, el tablero, el pomo de la
caja de cambios y los reposabrazos, con lo cual resulta sumamente agradable al
tacto. Pero el lujo no acaba ahí: se incluyen, en el precio de lista de $US
5.900 (facturado) insertos en madera de nogal o en metal pulido, calefacción y
aire acondicionado, espejos de vanidad iluminados, espejos laterales eléctricos
con memoria, sistema FORD SYNC activado por voz, pedales ajustables con
memoria, computadora de a bordo con pantalla de 4” y controles al volante,
entre otras delicias. El espacio es amplísimo, no solo para conductor y
acompañante, sino para los pasajeros que viajan en el asiento trasero, incluso
si son personas altas.
Si bien la
F-150 se puede equipar con cuatro motores diferentes, el más interesante – y el
que se ofrece en nuestro mercado – es el motor 3,5 L Ecoboost, que emana 365 HP
de potencia y, sobre todo, la friolera de 420 libraspié disponibles desde las
2.500 RPM, haciéndolo un vehículo ideal para remolcar grandes cargas (casas
rodantes, botes
o autos de carrera, por ejemplo). Este potente motor
turboalimentado se acopla a un sistema de tracción a las cuatro ruedas con
cuatro posiciones posibles (2H, 4x4 automático, 4H y 4L) a través de una
transmisión automática de 6 velocidades,
sin por ello tener tasas de consumo escandalosas, pues logra decentes 8,2 kpl
en carretera y un promedio de 7,3 kpl en ciclo combinado. Nada mal para una
bestia de carga de ese tamaño.
La cama es
generosa incluso en la versión más corta, y permite cargar 1,5 toneladas . Como
comodidad adicional, la portezuela de la cama integra una grada removible que
permite subir y bajar con total seguridad a pesar de su altura. Si bien no se
equipa con el sistema de remolque, que Christian Automotors ofrece como accesorio
original por un costo extra, está listo para su instalación, sistema con el
cual puede llevar hasta cuatro toneladas en remolque.
Pero las
bondades no acaban ahí, pues la casa importadora ofrece como parte del paquete
todo el trámite de emplaque y SOAT, tres servicios de mantenimiento preventivo
totalmente gratuitos y tres años de garantía de fábrica.
Toyota Tundra V8 2012
Toyosa
solamente ofrece una versión de la camioneta Tundra en Bolivia, a un precio de
lista facturado de $US 58.100, equipada con motor V8, doble cabina y batalla
“corta”. Siendo que cuesta solo 900 dólares menos que la Ford, sus capacidades
y equipamiento deberían ser comparables, por lo cual se nos ocurrió en EOC que
sería natural ponerlos uno al lado del otro. Sin embargo, la comparación
resultó odiosa. Pero no nos adelantemos.
El diseño
exterior de la Tundra es, posiblemente, la única ventaja sobre la Ford. Sus
líneas son más suaves y curvadas, sin por ello perder el aspecto agresivo y
potente que debe tener una camioneta de este tamaño. El cuerpo es un poco más
largo, pero la distancia entre ejes ligeramente menor. El despeje al suelo es
descomunal, superando ampliamente los 30 cm, con lo cual el ángulo de cresta es
también mayor. No obstante que se nota que está más pensada en el trabajo duro,
la cantidad de superficies cromadas no es menor a la de la F-150, y los aros de
18” le ayudan a dar un aspecto de mayor deportividad.
Sin
embargo, las virtudes acaban ahí. Al pasar al interior de la Tundra la
decepción es grande. Si bien la cabina es tanto o más espaciosa que la de su
competidor, los asientos están forrados en tela, el equipamiento es
notablemente menor, y sobre todo las molduras, el tablero, los reposabrazos y
demás superficies planas de la cabina están acabadas en un espantoso plástico
duro pintado en diferentes tonos – desde negro mate hasta un símil de acero
opaco – y la mayor parte de los botones, levas y palancas revelan que, sin
lugar a dudas, este es el modelo básico. Dicho de otra manera, la relación
precio calidad es mucho, pero mucho menor a la ofrecida por Ford. Y viniendo de
Toyota, esto realmente asombra.
El único
motor disponible es el bestial V8 de 5,7 litros, que produce 381 HP, esto es,
solo 4% más que el Ecoboost, y 401 libraspié de torque disponibles recién desde
las 3.500 RPM. No es un mal motor, pero resulta anticuado frente al muy
eficiente Ford. Esta enormidad de motor se refleja en muy malas cifras de
consumo, con apenas 5,6 kpl (consumo promedio es de 6,4 kpl) en ciudad a pesar
de contar con la tecnología VVT-i de tren de válvulas variables inteligente, hecho
empeorado por el ser un motor atmosférico, con la consecuente pérdida de
potencia por la altura de La Paz. La capacidad de carga y de remolque de la
Tundra es similar a la de la F-150, pero para remolcar requiere de preparación
previa, además de los accesorios, en especial por la posición incómoda de la
llanta de auxilio. El motor se acopla a una caja automática secuencial con modo
manual de 6 velocidades y tracción a las cuatro ruedas con las tres posiciones
tradicionales (2H, 4H y 4L).
El paquete
incluye la afamada cobertura Toyosa, esto es, tres años de garantía, el mayor
stock de repuestos originales del país, enorme red de talleres autorizados,
trámites de emplaque y SOAT, pero el plan de mantenimiento tiene costo incluso
en el primer ingreso al taller.
En resumen
Definitivamente,
si se toma como referencia el costo (esto es, el precio, el costo de
mantenimiento y la economía de combustible) – que es lo que cualquier persona
sensata haría – las ventajas de la camioneta Ford son por mucho superiores a
las de la Tundra. Pero sobre todo, consideramos en EOC que el equipamiento
interior no tiene punto de comparación entre ambos. Acá, la regla general de
que los autos japoneses – y sobre todo la versión americana de los autos
japoneses – son superiores a los autos netamente americanos encuentra una muy
notoria excepción. Si bien haría falta realizar pruebas a largo plazo para
comparar la durabilidad de ambos, punto en el que sospechamos Toyota tendría
cierta ventaja no solo por su mano de obra, sino sobre todo porque la Tundra
parece estar mejor plantada para el trabajo duro, no sorprendería del todo que
la Ford también venza en este punto, pues todo parece indicar que la marca de
Dearborn, Michigan ha realizado un notable esfuerzo por superar los
preconceptos que existen de los autos americanos.
Esteban
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